Nos alimentan con hormigón
para que olvidemos
las fosas de cemento
de los zoológicos,
el olor a orina
de los centros comerciales.
Los rituales en los lavabos
se han vuelto dolorosos.
Me arranco un brazo
y lo lanzo
a la jaula de los osos
para que puedan sentir
alguna caricia.
por aquí todo sigue igual, continuas pariendo acojonantes versos
ResponderEliminarbravo
ResponderEliminareres una perra con mucha vida.
ResponderEliminarM.
ay ay ay, es como muy visceral...no: brutal, es bestial, como esos días en que uno siente demasiado odio o demasiado amor...
ResponderEliminarme voy a seguir quedando encerrada
ResponderEliminarsi te miro por entre las rejas, ya sabés lo que tenés que hacer
No les veo yo con mucha necesidad, la verdad.
ResponderEliminargenial.
ResponderEliminarLa caricia será en el estómago, aburridos entre esa arquitectura -sala de espera- brutalista que son los zoos. No hay vida allí.
ResponderEliminarY con el otro brazo? Es inútil. Dámelo.
ResponderEliminarTremendo!!! Bico
ResponderEliminarwelcome to zoo. jajajaja
ResponderEliminarSomos ganado para ellos y los pobres animales, sólo algo más con lo que poder aprovecharse.
todo duele.
ResponderEliminartodo
la realidad es así de cruda
ResponderEliminarel final me encanta
no les tires el brazo del reloj.
ResponderEliminaracojonante lo tuyo.
besos perra.
Me encantó tu brazo entre los ultimos estertores repartiendo caricias a los osos.
ResponderEliminarAlgunos deberíamos cortarnos la lengua por los besos que no damos.
Besos.
Me gusto mucho esta entrada... pero a la vez es muy triste.
ResponderEliminarOjala un dia queden prohibidos en el mundo los zoologicos y los animales sean libres.
saludos!! =)
y qué hacemos con el tronco...
ResponderEliminar"Los rituales en los lavabos
ResponderEliminarse han vuelto dolorosos."
!!
eres dura mujer, pero no puedes llegar a la crueldad de los zoológicos
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