Hace unos días escribía en El Libro de la Crueldad:
"Soy hermosa como un rastro de orina. Mírame mear sobre la cara del enano". Y hoy voy a la biblioteca y abro un libro de Georges Bataille y leo:
"María seguía meando. Encima de la mesa, entre vasos y botellas, se mojaba de orina con las manos. Se inundaba las piernas, el culo y la cara.
-Mira -dijo- Soy hermosa.
Acuclillada, con el coño a la altura de la cabeza del enano, se abrió horriblemente los labios."
Nunca he leído a Bataille. Solo sé de él lo que dice la wikipedia. Que estaba fascinado por el sacrificio humano y fundó una secta. Que la secta se llamaba Acéphale (sin cabeza) y que tenía por símbolo un hombre decapitado. Que como rito inaugural planeó sacrificar a uno de sus miembros y varios de ellos se ofrecieron voluntarios. Que nadie se atrevió a cometer el asesinato y la secta se disolvió. Que estaba obsesionado con los ojos. Y los huevos. Y los testículos. Que en algún lugar o en algún momento él y yo nos hemos conocido.