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lunes, 13 de agosto de 2012

los libros que me han dejado el cerebro hecho trozos

(el panóptico de Bentham, la institución central de dominación en "Vigilar y castigar")


Hace un par de días una amiga me dijo que necesitaba leer un libro de esos que te cambian la forma de ver el mundo, de los que hacen que te explote la cabeza por dentro. Empecé a darle títulos y me dijo que por qué no se los escribía, que no se iba a acordar de todos. Así que aquí está la lista que le hice:

1. Vigilar y castigar, Michel Foucalt (Siglo XXI): para mí, Foucault es un pensador imprescindible para entender las estructuras de dominación que aparecen a principios del XIX y que siguen vigentes en la actualidad. Vigilar y castigar me entró en la cabeza como un disparo, me obsesionó tanto que en mi primera casa tenía frases escritas en las paredes en la habitación. De hecho hay frases que todavía me sé de memoria.

2. Testo Yonki, Beatriz Preciado (Espasa): leí Testo Yonki en un momento en que me estaba replanteando muchas cosas y me ayudó a encontrar una especie de estabilidad ideológica. Es tan brutal que no sé qué deciros de él, aparte de que lo leáis. Podría deciros que hay experimentos con testorona en gel, análisis sobre el sistema de dominación actual, polvazos con dildos, pero se quedaría corto, así que leedlo. 

3. La represión del deseo materno y la génesis del estado de sumisión inconsciente, Casilda Rodrigáñez (Crimentales): para mí, este libro es probablemente la mejor respuesta a la pregunta de por qué aguantamos la dominación, por qué aguantamos toda esta mierda sin rebelarnos. Y esto es mucho decir. Casilda me parece una pensadora imprescindible e injustamente desconocida, que ha pagado el precio de decir lo que quiere como quiere, fuera de los circuitos académicos y comerciales. Todos sus libros se pueden descargar gratis en su página.

4. La función del orgasmo, Wilhem Reich (Paidós): llegué a este libro a partir de Casilda Rodrigáñez y os juro que me dejó el cerebro hecho trozos. Reich se formó con Freud, pero abandonó las tesis freudianas porque entendió que el psicoanálisis era demasiado conservador, en la medida en que trataba de adaptar al individuo a la sociedad y no cambiar esta última. Así que se propuso construir una teoría que posibilitase el cambio social y lo pagó caro. Hace algo más de cincuenta años que murió en la cárcel de la resplandeciente democracia estadounidense.

5. La conquista del pan, Piotr Kropotkin (Ediciones 29): mis ideas más profundamente arraigadas se las debo a Kropotkin, así que qué decir de este libro. Probablemente no es el mejor de este autor, pero es el que más significó para mí a nivel personal. Si queréis algo de más densidad intelectual, leed "La selección natural y el apoyo mutuo", en el que establece un debate con Darwin en el que sostiene que la evolución de las especies no se debe a la lucha entre los individuos, sino a la cooperación. (Por cierto, los últimos estudios sobre la aparición de los primeros seres vivos descendientes de las bacterias parecen darle la razón). 

6. Futuro primitivo, John Zerzan (Numa): Zerzan es probablemente el pensador anarquista de más peso intelectual que hay actualmente. Este libro es un ensayo brillante que recoge los últimos descubrimientos sobre la vida cotidiana en el Paleolítico, muy alejados de lo que normalmente tendemos a creer.

7. El placer armado, Alfredo M. Bonnano (fanzine): Bonnano ha escrito mucho sobre los límites y las posibilidades actuales del cambio social y la insurrección, también desde un punto de vista anarquista. "El placer armado" le costó la cárcel hace unos años en Italia, a pesar de que solo teorizaba sobre las posibilidades del uso de la violencia en los procesos de cambio social, sin hacer una apología de ella. 

8. El enigma de la docilidad, Pedro García Olivo (Virus): otra brillante respuesta a la pregunta de por qué no nos rebelamos, de por qué aguantamos la dominación. Sus tesis se centran sobre todo en la función de la Escuela en ese "exterminio global de la disensión y la diferencia", como él mismo lo llama, y toma una clara posición a favor de las tesis de la antipedagogía. 

9. Desde abajo y desde fuera, Miquel Amorós (Pepitas de calabaza): Amorós es otro de los pensadores imprescindibles para entender de qué va todo esto. Especialmente interesantes son sus ensayos sobre el TAV, el desarrollo del urbanismo en los últimos años y el ecologismo, así como sus tesis antidesarrollistas.

10. Teoría king kong, Virginie Despentes (Melusina) + Devenir perra, Itizar Ziga (Melusina): los leí a la vez y   cambiaron mi forma de entender el feminismo. Probablemente no sean de la misma densidad intelectual que los anteriores, pero son importantes para entender el revulsivo que ha supuesto el transfeminismo y la teoría queer en el hasta entonces anquilosado movimiento feminista. 

miércoles, 28 de marzo de 2012

la poesía debe ser asaltada por hordas de salvajes

Miembros del grupo Up against the wall, motherfuckers! en una acción en Wall Street



La mayoría de los recitales de poesía me producen la misma sensación que los museos y los edificios históricos: ganas de correr por ellos, de escupir a los turistas, de dar alaridos a intervalos regulares de treinta segundos. En 1996, un grupo anarquista llamado Up against the wall, motherfuckers! (la traducción sería "¡Contra la pared, hijos de puta!", en alusión a lo que gritaban los policías en los cacheos), a medias entre la tribu urbana y el grupo de afinidad, repartió flyers entre los mendigos de Manhattan anunciando que iba a repartirse comida y alcohol gratis en la inauguración de una exposición en el Loeb Centre de la Universidad de Nueva York. El centro tuvo que cerrarse ante las hordas de mendigos hambrientos que comenzaban a darse cuenta de que habían sido engañados y de que ni siquiera les permitían el acceso. La exposición quedaba como lo que en realidad era: una absurda sucesión de cuadros en una sala vacía para el divertimento de una élite masticadora de shusi.

Ochenta y dos años antes, el 10 de marzo de 1914, la sufragista Mary Richardson atacaba con un hacha de carnicero el cuadro de la Venus del espejo de Velázquez, expuesto en la National Gallery. Las siete rajas que consiguió hacer al lienzo eran una protesta por la detención el día anterior de Emmeline Pankhurts en unos disturbios tras una manifestación feminista. Las brechas fueron restauradas, pero las fotos de ellas siendo arrastradas por la policía aún permanecen. Fue el único momento en el que cuadro tuvo algún significado. Algo parecido sucede con Las Meninas o con La familia de Carlos V: tendrán sentido solo cuando alguien estrelle un bote de pintura contra ellos.

Y lo mismo sucede con la poesía: solo tiene sentido cuando es asaltada por hordas de salvajes, cuando sirve para derribar pedestales y acabar con los nombres propios. Esto no quiere decir que toda la poesía tenga que ser social o política, pero sí que debe ser entendida como una creación colectiva y como algo que surge desde abajo y desde fuera. Cuando alguien se sienta a escribir, lo que tiene en la cabeza es lo que ha leído, lo que ha visto, lo que le han contado, lo que ha vivido. La poesía nunca es la producción de un autista encerrado en un sótano. No digo que no se firmen los poemas, pero sí que es necesario romper la individualidad, acabar con los pedestales, escupir a los turistas.

Hay que construir colectivos, sacar fanzines, escribir textos conjuntos, intervenir en los poemas de otros autores, versionarlos, violarlos, hacer recitales entendidos como una fiesta, como una asamblea, como un ring de boxeo. Si no sirve para dar alaridos y correr por los museos y estrellar botes de pintura, la poesía no sirve para nada.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Destruyamos el amor (trauma post-crepúsculo)

Rocío Jurado en todo su esplendor de diosa punk y mutante  


Hace unos meses os conté que una amiga sexóloga y transfolclórica (por su amor por la Jurado, esa travesti punk y mutante a la que ella y yo tanto amamos) había abierto un blog sobre sexo. Nuestra precariedad permanente la obligó a dejarlo después de unas poquitas entradas, pero las ganas de que salga adelante han hecho que decidamos volver a abrirlo. A partir de ahora nos ocuparemos las dos (yo también estoy en proceso de convertirme en sexóloga y seguramente en folclórica), y lo reinauguro yo con una entrada sobre el Amor que escribí como consecuencia del trauma que me provocó el visionado de la saga Crepúsculo durante tres fines de semana seguidos (amo el sado, pero aquí seguramente me pasé).

Os dejo el enlace del blog y la dirección de correo, a la que podéis escribir para cualquier cosa, incluidas consultas sexológicas. Eso si, nada de proposiciones de garrulos, que la Mari y yo ya tenemos con qué y quiénes apañarnos para esas cosas. Los garrulos despiertan nuestra vena más violenta, estáis avisados.

http://lasbragasdemari.blogspot.com/
lasbragasdemari@gmail.com

martes, 21 de septiembre de 2010

VIVA VALERIE!


El día 3 de junio de 1968 Valerie Solanas disparó contra Andy Warhol. Falló los dos primeros disparos. El tercero no. La bala le atravasó los pulmones, el bazo, el estómago y el hígado. Warhol consiguió sobrevivir, pero las secuelas que le provocó el disparo las arrastraría para toda la vida. Valerie fue condenada a pasar los siguientes seis años en una cárcel psiquiátrica. Al salir de ella, un periodista le preguntó si quería hablar sobre lo que había sucedido. Ella le contestó que consideraba lo que había hecho un acto moral. Que lo que era inmoral era haber fallado. Y que tenía que haber hecho prácticas de tiro.
Yo acabo de leer el manifiesto que escribió en 1967. En él propone una solución rápida y eficaz para acabar con el patriarcado y la normativización de la sexualidad: la eliminación física de todos los hombres. Pero Valerie no sólo dispara contra ellos, sino también contra las que llama "las niñas de papá", es decir, las mujeres sumisas y obedientes. A ellas también las coloca en el paredón. Para las que Valerie escribe es para las feas, las zorras, las prostitutas, las chabolistas, las bordes, las insumisas, las bolleras, las marimacho, las perras, las excluidas (es decir, para nosotras, chicas!). Y eso es una de las mejores cosas del manifiesto. Que supera el feminismo burgués y complaciente, lo arrincona contra el suelo y le dispara en la cabeza.