A finales de 1589, el artista inglés John White llega a la isla de Roanoke, frente a la costa de la actual Carolina del Norte. Tres años antes había dirigido el asentamiento, en aquel mismos lugar, de una colonia formada por ciento diecisiete hombres, mujeres y niños que habían viajado desde Inglaterra para comenzar la colonización de aquella parte del continente americano. Hambrientos, perdidos y abandonados, habían decidido que White volviese a Londres para pedir ayuda. El viaje no debía durar mucho, pero la guerra entre Inglaterra y España haría imposible la nagación, y White tardaría más de tres años en volver. Cuando por fin puso de nuevo sus pies sobre Roanoke, el campamento había desaparecido. Las casas habían sido cuidadosamente desmontadas y no había signos de violencia ni señales que indicasen que algo malo había sucedido. Simplemente habían recogido sus cosas y se habían marchado.
La expedición de White inspeccionó cuidadosamente el lugar. Buscaban una cruz maltesa, el símbolo que los colonos habían acordado en caso de ataque. Sin embargo, todo lo que encontraron fue una extraña inscripción en un árbol: Croatoan. Croatoan era el nombre de una tribu cercana que siempre se había mostrado muy amistosa con los ingleses, así que los miembros de la expedición supusieron que los colonos se habían trasladado al continente, donde los croatoan tenían su asentamiento más importante. White quiso ir a buscarles, pero el resto de la expedición se negó. Los barcos habían sufrido mucho en el viaje de ida debido a las tempestades en alta mar, y si no volvían pronto era poco probable que aguantasen la vuelta. La expedición se marchó y los colonos nunca volvieron a ser encontrados.
Según la historiografía oficial, lo más probable es que el asentamiento fuese atacado por tribus hostiles que asesinasen a todos los colonos. Los informes elaborados muchos años más tarde, cuando se intentó una nueva colonización del territorio, hablaban de indios de ojos grises y pelo claro en aquella misma zona, pero fueron desacreditados como simples leyendas.
Yo creo que los colonos decidieron marcharse libremente con los indios. Que pudieron escoger y escogieron abandonarlo todo. Que se negaron a seguir pagando los impuestos de la Corona, a seguir obedeciendo sus leyes, a continuar sudando para trabajar aquellas tierras. Decidieron perder el miedo a los poderosos, dejar de administrar la miseria y la ruina. Optaron por la barbarie frente a la civilización, por destruir los engranajes en lugar de seguir engrasándolos el resto de sus vidas. Se fueron a Croatoan.
Hakim Bey en TAZ habla de Croatan y otras utopias piratas
ResponderEliminarMejor dejemos que el misterio siga existiendo, de otro modo la historia se torna aburrida, muy aburrida.
ResponderEliminarSaludos
J.
¡felicidades Layla! Por tu blog y por tu libro. Yo, hace tiempo que escribo, tengo auto publicados 5 de 7. lo que me impide despegar, es sin duda, la ortografía. he leído en algún lado que corriges.me gustaría que me echaras un cable; con algún acuerdo, se entiende. saludos Gabriel.
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