miércoles, 31 de julio de 2013

sobre emisiones de radio, series numéricas y voces perdidas



Un amigo de mi padre era aficionado a la radio. Tenía una de esas pequeñas estaciones de onda corta que permiten transmitir y recibir emisiones. Una vez nos contó que entre los aficionados a este tipo de aparatos corrían algunas historias sobre emisiones extrañas, sobre estaciones de radio que transmitían secuencias numéricas de forma continua, sin aparente orden lógico. También letras o palabras al azar, a veces emitidas por voces infantiles. Nadie sabía quién las emitía ni por qué motivo, si respondían a algún propósito o eran solo pruebas que no significaban nada. Este amigo también nos contó la historia de la estación UVB-76, aunque en este caso era más que una simple leyenda. La estación UVB-76 es conocida por todos los aficionados a la radio porque emite una especie de zumbido corto aproximadamente cada dos segundos durante las veinticuatro horas del día. En apariencia no parece muy llamativo, pero lo curioso es que de vez en cuando ese zumbido se interrumpe para dejar paso a mensajes de voz que trasmiten nombres y series de números, como si se tratase de coordenadas o instrucciones de tipo militar. Cuando se rastreó la señal, se descubrió que procedía de una base situada a cuarenta kilómetros de Moscú, por lo que se cree que puede tener que ver con algún propósito del ejército ruso, aunque existen muchas teorías al respecto. 

Supongo que todas estas historias acabaron produciéndome una especie de fascinación por la radio, que desde entonces me ha parecido algo extraño y mágico. Escucho varias emisoras distintas, sobre todo de radios libres, que ahora se pueden sintonizar fácilmente por internet. Así que cuando descubrí el programa de Juan en una de esas radios libres, sentí algo así como un escalofrío. Me resulta difícil describir cuál es exactamente su contenido, porque de alguna manera creo que tiene que ver con esas emisiones extrañas de las que nos hablaba el amigo de mi padre. Si habéis leído el monumental libro "La broma infinita", de David Foster Wallace, es posible que recordéis el personaje de Madame Psicosis, la locutora de un extraño programa de radio llamado "La hora de la literatura depresiva de Madame". El programa consistía en una emisión sin principio ni final y que carecía de orden lógico. A veces la locutora leía libro deprimente tras libro deprimente durante horas, y otras veces simplemente se limitaba a nombrar enfermedades. De alguna manera, creo que el programa del que os hablo está conectado con esta idea. Con la idea de emisiones extrañas guiadas por el azar, por las sincronicidades que van llevando de unos libros a otros. 

Hace unos días, Juan Camós, el artífice de ese extraño y fascinante experimento que es "A esta lado de la tumba" leyó algunos de mis poemas al final de su programa. Y tuve una sensación inquietante, como si desde ese momento yo también formase parte de esas voces perdidas que son captadas de vez en cuando por los aficionados a la radio. Quizá, en algún lugar, alguien se pregunta qué significan todas esas palabras. 

1 comentario:

  1. Misterioso y bien escrito. Pones al lector en situación. Transmites la incertidumbre. Precioso.

    Un beso.

    Gio.

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