martes, 14 de febrero de 2012

yo sí me he leído las 345 paginacas de Fresy Cool




Yo sí he leído Fresy Cool. Entero. Las 345 paginacas. Y he flipado. Podría usar otra palabra, pero digo que he flipado porque yo también nací a finales de los 80 y hablo así cuando estoy con mis colegas. Seguramente de esto tenga la culpa El príncipe de Bel Air, responsable de buena parte de mi educación. El libro tiene dos partes, una primera en la que el protagonista, Pleonasmo Chief, está escribiendo su primera novela y otra, situada algo después, en la que Pleo es ya un profesor universitario y que está formada por varios relatos relacionados entre sí. Todo esto en medio de un Madriz apocalíptico y postnuclear gobernado por el Partido Pop, que impide la entrada y salida de la ciudad y gasea a sus habitantes a través de los aires acondicionados como forma de disciplinamiento masivo. La Universidad Complutense ha sido trasformada en la Academia Google Text, pero a pesar de ellos los recortes hacen que los alumnos tengan que quemar libros en la cafetería para calentarse.  Joder, quién no ha soñado con hacer esto empezando por La Celestina.

La primera parte del libro es la que se supone que es más jodida de leer porque está llena de referencias indescifrables. Bien. Qué es exactamente lo indescifrable ¿qué los nombres de los garitos y los personajes muchas veces sean referencias literarias? ¿qué hable de sitios de Madrid como el Vía Láctea o Malasaña? ¿qué use palabras como blandiblú o folks? Independientemente de que las referencias se pillen o no, la movida (gracias, Will Smith) es que consigan crear un universo propio. Y lo hacen.  A mi no me ha parecido difícil de leer (será que las frases de ocho líneas dejaron de asustarme after Foster Wallace), pero aunque fuera un poco exigente qué problema hay, ¿es que los lectores somos retrasados? ¿nos lo tienen que dar todo masticadito y con notas a pie de página? Yo creo que no. Es más me revienta cuando un escritor o una editorial me trata como si fuese idiota. Al menos aquí el autor no lo hace. He leído por ahí que Antonio J. Rodríguez escribe para su tribu. Si en esa tribu queman libros en los pasillos de la facultad a mi que me apunten.


[reseñas de Fresy Cool en  La Medicina de Tongoy  y en Lector Malherido]

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