SONETO XIII
A Dafne ya los brazos le caían,
y en huesos y en tendones se mostraban;
y cual madeja vi que se tornaban
los cabellos que ahora oscurecían.
De pústulas y costras se cubrían
los tiernos miembros, que aún bullendo estaban:
los blancos pies en tierra se clavaban,
y en inmundos andrajos se volvían.
Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de morder, menguar hacía
al cuerpo de la ninfa, ya difunto.
¡Oh miserable plaga! ¡Oh mal tamaño!
¡Que con morderla disminuya al punto
la causa y la razón que perseguía!
Jorge Fernández Gonzalo
Filosofía zombi
jajajaja qué grande la foto, nena. Debería habérmela puesto en una camiseta para la cena navideña
ResponderEliminarCualquier día saca la foto de la suya para que salgas de dudas. Y más inquietantes diálogos inéditos. Ay, entonces!
ResponderEliminarCon lo que me gusta el soneto original... Crimen, crimen.
ResponderEliminarCoincido con Mari. Aún tenemos tiempo para año nuevo...
ResponderEliminarUn beso o 2 #
Sí señor. Hay que tener valor panar mezclar los zombis con los sonetos.
ResponderEliminarÑam ñam!
ResponderEliminarMe encanta la imagen de los primeros versos.
ResponderEliminarEs muy genial!!
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