Somos dioses
jóvenes e inexpertos
anhelantemente salvajes.
Deberíamos pegar
a los supurantes
de encías lácteas
y a los parapléjicos
de manos rechonchas.
Deberíamos correr
por las jaulas
como manadas violentas
y meter niños
en los microondas.
Somos dioses anémicos
y deberíamos comer.
Anemía, eso es lo que sobra.
ResponderEliminarQué devastación.
ResponderEliminarAmén.
ResponderEliminarPienso borrar el condicional de mi vida.
Me emociono de lo grande que es, cabrona.
ResponderEliminarHambre!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarCome y calla.
ResponderEliminarM.
Y yo sin ver llegar la hora de cenar.
ResponderEliminarpum!
ResponderEliminarcomer y tragar.
ResponderEliminarsi señora.
Se me despertó el apetito.
ResponderEliminarUn beso o 2 #
Qué buena es la primer fotografía. Me fascina. Yo quería hacer algo así pero como suelo ser modelo de mis propias fotos no me animé. Qué cobarde de mierda soy!
Siempre hay que comer de forma salvaje. Disfrutemos!
ResponderEliminarTodo se queda siempre en el debe y no en el haber.
ResponderEliminarBrutal!
Las ansias de vivir y de comérselo todo de la juventud. Ojalá no desaparezcan en un abrir o cerrar de ojos.
ResponderEliminaryo meto los niños en el horno, prefiero
ResponderEliminarsaludos
los hay que los meten en la lavadora
ResponderEliminarqué ganas de comérmelo todo
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