sábado, 16 de noviembre de 2013

registro de los sueños acontecidos entre el veintiocho de septiembre y el quince de noviembre


[The grub stake, 1923]




29 de septiembre

Mi hermano va montado en algo parecido a un monopatín, se cae y le veo llorar y gritar de dolor. Cuando me acerco, está sentado en el suelo agarrándose la rodilla de la pierna derecha. Le digo que no es nada y que deje de quejarse, pero cuando me acerco más veo que uno de los huesos de la pierna está roto y le atraviesa la piel y el músculo del gemelo. Mi hermano es mucho más pequeño, tiene como unos once o doce años, pero yo tengo la misma edad que ahora.



4 de octubre

Me duele mucho un diente, uno en concreto del fondo de la boca. El dolor es cada vez más intenso, hasta que casi no me deja hablar ni abrir los ojos. Le pido a mi padre que mire qué me pasa. Él mira dentro de mi boca y me dice: "es normal que te duela, te está creciendo una galaxia". Me acerca un espejo de mano y veo la espiral de una galaxia al fondo de mi boca, cerca de la campanilla. 



5 de octubre

Estoy sola en un bosque, de noche. Se oyen muchos sonidos, pero no tengo miedo. De alguna manera es un sitio conocido, aunque no he estado antes. A lo lejos veo a un hombre que avanza entre los árboles con paso decidido. Intento caminar más deprisa para alcanzarle. Va vestido con un traje que parece de principios del siglo XX, aunque no distingo bien sus ropas. La maleza no me deja avanzar con rapidez, y le acabo perdiendo de vista. Cuando vuelvo a verlo está parado junto a un árbol. Me mira unos instantes y se pega un tiro en la cabeza con un revólver que saca del bolsillo. Antes de que pueda acercarme a él, una chica vestida de blanco sale de entre los arbustos, le coge de las muñecas y se lo lleva arrastrando por el bosque. Antes de desaparecer, se detiene y me dice: "No te preocupes, lo hace todas las noches".



20 de octubre

Estoy sentada en una habitación vacía que tiene los muros de piedra. No hay ventanas, pero por el techo entra algo de claridad. Tengo el pelo muy largo, tanto que se extiende por el suelo de la habitación. Durante todo el sueño estoy trenzándolo. En la trenza voy metiendo todo lo que encuentro por el suelo de la habitación: varios helechos, una dentadura postiza, una peonza, una cuerda de colores.



27 de octubre 

A mi amigo Diego le pone una multa la policía. No tiene dinero para pagarla, así que le obligan a ir a limpiar cubos de basura. Decido acompañarle para que no tenga que estar tantos meses yendo a limpiar. Nos dan un chaleco fluorescente, un cepillo y un cubo de agua con jabón. Los cubos están vacíos, pero nos obligan a entrar dentro de cada uno de ellos para limpiar todas las esquinas. 



2 de noviembre

Estoy en un entierro, vestida de luto y con un ramo de flores en las manos. No sé quién se ha muerto, porque el ataúd está cerrado. Solo estamos el enterrador y yo, no hay ningún familiar del muerto ni ningún conocido. Cuando acaba de echar tierra sobre la caja, el enterrador me dice "márchate ya, no merece la pena". Le respondo que no sé quién ha muerto. "Eres imbécil" - me dice - "Ha muerto un laberinto". Tira la pala al suelo con rabia y se marcha. 

8 comentarios:

  1. te esta creciendo una galaxia ... ha muerto un laberinto .

    Tus sueños explican mucho del porque escribes lo que escribes...y me gusta !

    ResponderEliminar
  2. Penetro en la maraña de tu trenza como quien se adentra en el laberinto. ¿Sabré salir antes de que la noche me alcance?

    ResponderEliminar
  3. ¿Se pueden envidiar los sueños? Pero estos, no de los que marcan la vida... ¿o era al revés?

    ResponderEliminar
  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  5. Me encanta el del hombre que se vuela los sesos todos los días, la galaxia albergándose al fondo de la boca, los laberínticos entierros; una maravillosa experiencia onírica leerte

    ResponderEliminar
  6. jo... con lo sosos y cotidianos que son mis sueños ultimamente.

    ResponderEliminar
  7. He tenido varios sueños en los que aparece mi hermano, un año menos que yo. Incluso en algunos de ellos hay escenas homosexuales difíciles de aceptar y de procesar pero que al final pienso que podrían representar algun tipo de metáfora sobre la masturbación.
    Algunas veces he soñado que asisto a entierros de desconocidos, aunque son sueños menos ricos que el tuyo. Recuerdo un relato de Lovecraft en que el protagonista asiste a un entierro, y cuando pregunta quién es el muerto, el enterrador le responde:
    -¿Es que no lo ves? El muerto eres tu.
    Entonces el protagonista se fija en la inscripción y descubre que es cierto (cita de memoria).

    ResponderEliminar
  8. Yo me apunto a echarle un cable a Diego...

    ResponderEliminar