lunes, 25 de febrero de 2013

febrero lácteo// Rocío Cerón



Febrero es un mes extraño. Corto, frío y extraño. Intento recordar algo importante que me haya pasado un mes de febrero, pero confundo las fechas. Cuando era adolescente, era divertido. Mi madre pertenecía a una especie de secta que celebraba las fiestas celtas y a principios de febrero era el Imbolg, la fiesta de la leche. Luego a esa fiesta los cristianos la llamaron la Candelaria, pero lo que los celtas celebraban era que comenzaban a parir los animales y daban leche. No era una secta que molase, no se sacrificaban carneros ni se invocaba al anticristo. Ni siquiera se quedaban con todo tu dinero, ni había orgías desenfrenadas, ni te lavaban el cerebro. Era más bien una especie de mezcla entre un grupo de reiki y otro de autoayuda, pero aún así yo iba de vez en cuando. El Imbolg era una de mis fiestas favoritas porque se hacían ofrendas a los muertos vertiendo leche en el suelo. De alguna manera, que los muertos bebiesen aquella leche me parecía lo más creíble de todo.

Creo que esa asociación con la leche y los huesos es lo que me ha hecho acordarme de un poema de Rocío Cerón que leí hace unos meses. Llegué a su blog a través del de Luna Miguel y allí tenía colgado su poemario "Tiento" para descargarlo libremente. Lo leí del tirón, sin despegar los ojos de las páginas, y me di cuenta de que había descubierto algo hermoso. Después metí su nombre en Google y apareció "Soma", un poemario que había sido publicado en papel en Argentina en 2003. La edición ya estaba agotada, así que la propia autora o la propia editorial habían subido parte de él a la red. Apenas había unas pocas páginas, pero era una de esas pequeñas joyas que a veces encuentras en Internet de la forma más inesperada. Creo que "Tiento" ya no puede descargarse, pero las doce páginas de "Soma" siguen estando disponibles. En él está el poema al que me refería antes, pero no es mi poema preferido de Cerón. Mi poema preferido es "América" y nunca lo leí. Solo la escuché recitarlo. 
 
 
 
La sucesión de las cosas espléndidas

a.

Comencé los días sin Padre. En lo simple de las cenizas había sed, hartazgo de cosas ordinarias. Atragantado de tanta bilis supe que el tiempo era un mosaico de memoria y deudos:--------------------------------------------------------------------------------------en el claro de este día el silencio es hermosura que habita entre mis dientes.

b.

Rendí a los hundidos —sepulcro— una reliquia de sombras, la habitual llamada de rabia del doliente. Alguien reconocible sobre el lecho me recuerda ahora que la ausencia —nudo— es una patria (cimiento, hoguera donde ya clarea, ya abre sitio, ya no arde la herida sobre el párpado):
-----------------------------------enlazadas las manos, el milagro deja de ser artificio.


c.

Es él, el que da, retribuye los afectos. Él. Acumulándose en su fe. Él, suplantando la hoguera. Abreva de la desdicha: es un hombre sitiado. Un Dios sin rostro (acuérdate de mí Padre, acuérdate del balanceo y la infancia, acuérdate de la flecha y lo infinito), un hombre rehén de su memoria. Su cuerpo es presagio —mancha— vertiente atravesada por un lazo de sangre (acuérdate Padre, los hombres son sombra, la fe, guillotina).


d.
Es sei. La luz vacía. La masa delirante, arrastrada hacia el habitar, hacia tierra de lastras. La tarde —nunca en abril— donde una palabra (minúscula, intacta, sólo tres letras) establezca su reino. El tiempo donde los nombres regresen / yazcan / y salgan hombres al encuentro de hombres. La llegada de la raíz, la hora en que florezcan las sílabas y las piedras vuelvan a su lugar entre los muros de las casas. Un yo, un tú, un nuestro, un aquí, un fulgor profundo, una patria. Sea.

e.
Coloqué vestigios en las aguas (visibles sólo a los ciegos). En la oración escrita no había manos tendidas sólo un templo destruido / petrificada palabra que cortaba el rostro / un puño de tierra llevado por el viento:
-----------------------------------Era resaca, hábito de malestar afincado, angustia encadenada al cuerpo. Era hecho, trazo de aire entre brezales (si herida o mansedumbre / regazo o camposanto):
-------------------------------------------------------------------------------------------Era mi Padre quien sonreía. Era la sangre de vuelta en casa.







Enlace a América

Enlace a Soma

4 comentarios:

  1. No, si tu madre, además de artista-fotógrafa, va a ser encima wiccana. Niña, tu family cada vez me cae mejor.
    Tantos poetas, tanta poesía, tanto por leer y tan pocas días de mes y de horas sin estudio. Tengo ganas de encerrarme en un puedo perdido costero donde sea siempre verano y hartarme de clásicos.

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    1. No se autodenominan así, pero supongo que es a lo que más se acercaban (por lo que sé del tema y ellas mismas dicen). Todo empezó con una meditación que hacían al aire libre cuando había luna llena, y luego fueron investigando lo de las fiestas celtas y la wicca y evolucionando hacia eso poco a poco, aunque mezclado con otras cosas. No he usado la palabra porque pensé que nadie la iba a conocer, pero me alegro de que sí. Algún día a ver si hago una entrada sobre eso, porque es un tema que me gusta :)

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  2. Quién puede alegrarse de una gripe, bueno, pués yo. Tengo tiempo de leer y me encuentro con éstos retales. Dicen que no hay mal que por bien venga...Cierto, muy cierto. Lo releo. Saludo

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  3. http://www.panoramacultural.net/?pag=2076

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