domingo, 9 de diciembre de 2012

vendrá el santo que afile las guillotinas





Desde que conocí la obra de William Blake este verano no he hecho más que encontrar hilos que me conducían a él. Las casualidades han sido tantas que casi tengo la sensación de que no lo son, de que hay una voz que me susurra al oído cuál es el paso siguiente. O igual es que todo caos tiene en realidad un orden subyacente que solo podemos entrever de vez en cuando. O puede que el tiempo no sea lineal y Blake esté viviendo ahora mismo en dimensiones paralelas a la nuestra y a veces los hilos entre unas y otras se entrecrucen. O simplemente puede que me esté obsesionando. No lo sé.

Primero fue "El matrimonio del cielo y el infierno", que encontré olvidado en un banco de una estación de Cercanías. Días antes había oído hablar por primera vez de Blake debido a la exposición de sus grabados que hubo en Madrid, pero lo empecé a leer sin muchas ganas. Al llegar a mi estación estaba en trance, al borde de la fiebre. Después fue el libro de Servando Rocha, "La Facción caníbal". En uno de los capítulos contaba la obsesión de Blake por el infierno y sus frecuentes delirios, que lo llevaron a participar en los disturbios de Gordon, en los que veía la plasmación de muchos de sus ideas sobre la venida del anticristo. Lo veo incendiando la prisión de Newgate y cantando como un loco bajo un cielo apocalíptico del color de las hogueras que ardieron por toda la ciudad. O rezando de rodillas al santo caníbal que debía volver a afilar las guillotinas. La última coincidencia ha sido "Bello como una prisión en llamas", en la que relata estos mismos disturbios y aparece también la figura de Blake, disparando desde detrás de una barricada a los soldados salidos de la misma boca del infierno.


Aquí os dejo los enlaces a "El matrimonio del cielo y el infierno" y mi reseña sobre "Bello como una prisión en llamas". en Culturamas.



Tigre, tigre, que te enciendes en luz
por los bosques de la noche
¿qué mano inmortal, qué ojo
pudo idear tu terrible simetría?

¿En qué profundidades distantes,
en qué cielos ardió el fuego de tus ojos?
¿Con qué alas osó elevarse?
¿Qué mano osó tomar ese fuego?

¿Y qué hombro, y qué arte
pudo tejer la nervadura de tu corazón?
Y al comenzar los latidos de tu corazón,
¿qué mano terrible? ¿Qué terribles pies?

¿Qué martillo? ¿Qué cadena?
¿En qué horno se templó tu cerebro?
¿En qué yunque?
¿Qué tremendas garras osaron
sus mortales terrores dominar?

Cuando las estrellas arrojaron sus lanzas
y bañaron los cielos con sus lágrimas
¿sonrió al ver su obra?
¿Quien hizo al cordero fue quien te hizo?

Tigre, tigre, que te enciendes en luz,
por los bosques de la noche
¿qué mano inmortal, qué ojo
osó idear tu terrible simetría?


William Blake, El tigre.

8 comentarios:

  1. Corro a la estantería para releer a Blake, gracias por recordármelo. Yo llegue a él escuchando a Jim Morrison que me llevó a leer a Dylan Thomas y, como quien no quiere la cosa, hasta Allen Ginsberg, Walt Whitman y William Blake (The Doors...).
    http://aitorartaiz.blogspot.com.es/search/label/Blake
    http://aitorartaiz.blogspot.com.es/search/label/death%3B%20Dylan%20Thomas
    http://aitorartaiz.blogspot.com.es/search/label/Walt%20Whitman

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  2. Voy a contarte una historia. Creo que terminaba el 93, mi amiga Marta y yo regresábamos a casa en Portugalete (éramos estudiantes de periodismo) desde Barakaldo, caminando. Noche de viento Sur. Bordeando la Ría. Nos adentramos en la calle Rivas, una de las más pauperizadas de Europa. El suelo era de purpurina, azufre. Oscuridad. A pesar de las ropas tendidas en los balcones, parecía aquello una zona cero olvidada. De pronto, una luz. Un bar iluminado por montañas de velas. Leímos: El Matrimonio Entre El Cielo y El Infierno. Entramos hipnotizadas por la sorpresa. Allí estaba el anarquista escocés de barba roja que abrió semejante burbuja en una calle deshauciada en honor a William Blake. Sonaba ópera, olía a flores mustias. Nos invitaron a todos los vinos. Desde una balconada de columnas salomónicas se abrían las tripas de Altos Hornos de Bizkaia. Las chimeneas escupían fuego...
    Ya no existen los altos hornos (los trasladaron a la India pieza a pieza, a pesar de haber invadido de cáncer a miles de habitantes de la Margen Izquierda durante casi un siglo), y demolieron todos los bloques de la rivera de Sestao, no sé que fue de aquel escocés que pintaba hortensias y niñas de color pastel,... pocas veces me sentí tan elegida. Devota de William Blake.
    Enaltecida igualmente cada vez que te leo...

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  3. Blake da para tanto. Me uno a ti en la fascinación.

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  4. Bueno , el Willy Blake is black este. Me que de con Bukowski . Vaya tiria con el tigre , dejalo en paz tio .
    Me parece que esta gente fumaba mucho opiaceo pero ...que sabre yo .
    Ei hilos haberlos haylos , esta es la prueba . El misticismo en cualquier caso nos aleja de la realidad.
    De todas formas indagare sobre el Blakepara constatar tan subjetiva opinión .
    salute

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  5. a mí me fascina. desde siempre leí a Blake. este año tuve la suerte de recibir como regalo, las obras completas de Blake. casi muero de la emoción.

    un beso. o dos.

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  6. Yo llegué a Blake por Bruce Dickinson, que no habría hecho un disco como 'Chemical Wedding' sin los grabados y poemas de don William. Fue el primer poeta al que leí, acabé leyendo una antología bilingüe -a una edad a la que ni sabía que eso existía- y me sirvió de puerta de entrada a los monstruos del romanticismo inglés.
    Algo curioso es lo de 'El tigre', nunca he entendido la pasión generalizada por ese texto, me parece de lo más flojo que escribió.

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    Respuestas
    1. Oh Mr Brown , gracias gracias.Noqueria hacer ningun simil con " tigre " ( escatologicamente escribiendo )

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  7. La exposición era muy estimulante, desde luego.

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