Somos niños alucinados
expuestos a fiebres perversas.
Luces brillantes
nos volvieron salvajes
demasiado pronto:
ahora dormimos
bajo las camas
y nos alimentamos
de animales atrapados
en latas de conserva.
Las interferencias
del televisor
es lo más parecido a la nieve
que conocemos:
las manchas blancas
nos han vuelto precisos
y desconfiados.
Layla en estado puro.
ResponderEliminarechaba de menos a tus niños.
ResponderEliminarDéjame sangrar despacio. Por favor.
ResponderEliminarAlgo habrán hecho...dice el imaginario...en esos ojos, hay electricidad!
ResponderEliminarSobre todo desconfiados
ResponderEliminarVoy leyendote...
ResponderEliminary el "universo Layla" no es algo para tomarlo a la ligera.
Un beso.
Gio.
Mi Señora Layla,
ResponderEliminar"- nunca tuve miedo de los monstruos cuando fui niño-
repetía el monstruo a la niña.
- nunca tuve miedo de mi misma-
fueron las últimas palabras de la niña mientras se devoraba la lengua"
Suyo, Z+-----
los pelos como escarpias :S
EliminarUn niño preciso, asusta.
ResponderEliminarsomos niños atrapados. animaniños.
ResponderEliminarbeso
Somos como matrioskas y llevamos en el fondo a nuestro niño
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