viernes, 23 de marzo de 2012

demasiados ancianos que emiten alaridos



Animales fluorescentes nos acechan en las ruinas de los reactores nucleares. Tenemos el pelo demasiado largo para poder correr, pero lo arrastramos por el jardín con violencia. Nos han prohibido hablar con los ancianos que emiten alaridos. El sudor blanco del incesto nos enseñó lo que sabemos del amor. Hay demasiados laberintos, demasiadas formas tentaculares, demasiadas pantallas iluminadas en los hospitales.

10 comentarios:

  1. Adoro este sitio. Así de simple y sincero *

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  2. Aunque tu texto no sea demasiado largo tengo que leerlo varias veces para asimilar todos los nuevos conceptos, y hacerme una vieja conocida de los antiguos. Es que el sudor blanco del incesto destiñe.

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  3. Me gustan tus textos;crean un surrealismo-repulsividad extraño que en el fondo me encanta.

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  4. Todos somos incestuosos y mágicos y nos derramamos en todas partes.

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  5. Los consejos de ancianos...no se han abolido?

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  6. Hay demasiado DE TODO.

    Ese asco se pega. No caduca.


    Beso, Lay

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  7. Dónde se encuentra gente que escriba así.
    No sois demasiados, es lo bueno.

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  8. El sudor blanco del incesto nos enseñó lo que sabemos del amor. ¡Dios, es desgarrador, Layla!

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