La ciudad babea
sobre nosotros
los vinos azules
de los vómitos.
Somos niños feroces
de bocas apestosas
y rótulas violentas.
Anémicos y tendidos
en colchones prestados
planeamos viajes
de los que volveremos
más delgados
y más crueles.
Las manchas blancas
de los manteles
no nos dejan dormir.
El poema lo escribí a partir de una entrada del blog Volia Nihil. De ahí lo de "somos niños feroces". Te lo debo.
ResponderEliminarEsa conexión!
ResponderEliminarsomos niños feroces y azules, como los vómitos. :P
anémicos y tendidos en colchones prestados....
ResponderEliminarjoder me ha encantado eso.
besos perra.
FABULOSO
ResponderEliminarCojonudo Layla, cojonudo. Lo de las manchas blancas en los manteles lo tengo rebotando en la cabeza.
ResponderEliminarJoder qué buen poema. Éstos son los que me gustan, los que hacen que te dé un vuelco el estómago y te quedes sin saber exactamente por qué ha sido.
ResponderEliminarSeguida quedas. Un saludo!
Muy interesante tu blog. Te voy a seguir desde ya ;) Gracias por pasarte por el mío, me alegro que te que guste el proyecto de Miranda, hay a mucha gente que le parece un mal proyecto, desagradable, etc... me alegro que no te haya parecido eso a ti ;) Estamos en contacto. :)
ResponderEliminar(La foto del post anterior es de una concodida mía, una chica con un montón de ideas en la cabeza ;))
Volver de los viajes más delgados y crueles, si no, para qué.
ResponderEliminarDescensos infernales...
ResponderEliminarMe gusta. Nuestros poemas saben a veces a
ResponderEliminarlos vinos azules de los vómitos.
Besos :)
Me encanta ser niña feroz (y lo soy, sí que lo soy) ~
ResponderEliminarUn beso o 2 #
las manchas blancas de los manteles no nos dejan dormir. con esta frase ya me valía.
ResponderEliminarBrutales versos. Duelen pero son sonoros y bellos.
ResponderEliminarGracias por dejárteme en mi blog.
Que bonita.
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