"Ocurrió lo que nadie esperaba, en la ciudad de Madrid, una enorme llama olímpica, un rascacielos denominado torre Windsor, comienza a arder a eso de las 11.30 de la noche, los bomberos no pueden hacer nada, la columna de humo se ve desde las ciudades adyacentes, el incendio persiste hasta el mediodía siguiente y miles de habitantes, después de comprar la prensa y el pan, se acercan a ver cómo se consume y retuerce el edificio en aquella soleada mañana dominical de febrero. Simultáneamente se está celebrando en esa misma ciudad la Feria de Arte Contemporáneo, ARCO, ya sabéis, y aquel día la afluencia de público a la feria baja un 50%. A ver, decidme, ¿qué prefirió la gente?, yo mismo os contesto, pues está claro que contemplar el edificio humeante, la verdadera obra de arte."
Nocilla Experiencie
Agustín Fernández Mallo
Grande.
ResponderEliminarEstábamos todos bebiendo y fumando alrededor de esa inmensa hoguera. Y deseando que cayese encima del Corteinglés, que se quemase también... Y que saliese rodando como un tonel por el paseo de la Castellana encendiendo y quemando las demás torres y edificios. Lástima.
jajaja yo soy de las que fue al dia siguiente después de comprar el pan.
ResponderEliminarlástima que ya no vivía en Madrid para entonces, me encantan las fallas!!
ResponderEliminarVer llamas arder resulta atrayente, hipnotiza incluso y terminas bailando a su ritmo.
ResponderEliminareso sí que es arte, eso responde a nuestro eterno dilema :)
ResponderEliminarsi esque donde haya fuego en un edificio...
ResponderEliminarLa verdad que la gente que vivía por ahí se debió de meter un susto de la leche, pero seguro que debió de ser un gran espectáculo, lo seguí por televisión y aluciné.
ResponderEliminarNo se si sabrás que aquí se quemó casi todo el centro de Santander un poco después de la guerra, fue por culpa de una surada y se quemó hasta la catedral.
me ha hecho gracia "trapecista" con lo de las fallas, ¡cómo sois por el foro! :)
un abrazo bien grande Layla.
La verdadera obra de arte...
ResponderEliminarincreíble.
Me acabo de acordar de la sombra entre las ventanas. Decían que era un pagado de la familia con apellido vasco propietaria del edificio (la misma propietaria de otra sala que se quemó en la calle Alcalá, creo). Viendo la alegría de algunos alumnos de Derecho -creo-, cuyo profesor guardaba los exámenes allí y que fueron aprobados automáticamente, el autor podría ser un estudiante performista, a su pesar. También se quemaron documentos legales importantes, pero los abogados y los políticos son más cobardes y no había ningún Gadaffi al que echarle la culpa para atacar el edificio.
ResponderEliminarVer arder no sé por qué, pero a mí me tranquiliza...
ResponderEliminarQué grande es Fernández Mallo :)
Me fascinó durante meses este caso. Más que por la llamarada, por todo lo que escondía, esos bomberos a los que se les prohibía decir que fue provocado... y nunca se supo. Lo perdí.
ResponderEliminarY por joder, decirle a Agustín que aunque le haya quedado muy bonito, se le ha escapado un factor en eso de las visitas de ARCO, ya que unos días antes ETA puso un pepino allí mismo...
Me acuerdo de esto porque estaban en la ciudad esa semana los inspectores para la candidatura Madrid 2012, y salieron convencidos de la ciudad. Convencidos de "sigue provando" jeje...
Quizás sea mentira lo de que el alcohol afecta a las neuronas, mira que chorro de memoria!! jojo
un besako!
las explosiones tb tuvieron siempre algo de artístico...
ResponderEliminarotro besazo enorme para ti!