Nadie había podido prever el
hundimiento de la ciudad. Ni los geógrafos que trazaban mapas del subsuelo
según la disposición de las vísceras en los atlas de anatomía, ni los físicos
que predecían las tormentas escuchando la música de las esferas celestes. Dos
distritos enteros del centro de Madrid se hundieron en apenas unos minutos,
produciendo una nube de polvo tan densa que los habitantes de la ciudad
tuvieron que permanecer en sus casas durante cuatro días y cuatro noches. La
mañana del quinto día se apresuraron a asomarse al enorme agujero que acababa
de abrirse. Madrid se había convertido en un abismo.
Aquella misma mañana llegaron los
funcionarios enviados por el Estado. Después de varios días en el fondo del
agujero, llegaron a una conclusión irrefutable: el derrumbamiento era
consecuencia de un sabotaje. Durante más de seis décadas, los miembros de una
sociedad secreta cuya composición y estructura se desconocían habían realizado
pequeñas excavaciones en la red de sótanos y catacumbas que dormía bajo la
ciudad. Habían escogido cuidadosamente el lugar exacto de sus excavaciones, de
forma que su labor pasase desapercibido hasta el momento del derrumbe. Según
los informes de los funcionarios, a partir de la tercera década de excavaciones
– que se calculó en torno al 2014-, éste podría haberse producido en cualquier
momento. Durante las tres décadas siguientes, los miembros de la sociedad
secreta habían cavado en medio de la incertidumbre, incapaces de predecir los
resultados de su cuidadosa labor de sabotaje. Los informes estatales nunca lo
dijeron, pero el sabotaje no era más que un acto de sincronía. Como todas las
ciudades, Madrid contenía los abismos y las tormentas en su subsuelo. El
derrumbamiento no era más que el ajuste de los mecanismos invisibles que
permitían que, en ocasiones, las tormentas se desatasen y los abismos devorasen
las ciudades.
[El relato ha sido publicado originalmente en la revista Skeimbol, que podéis ver AQUÍ. Echadle un vistazo porque es una maravilla]
Habiendo leído esto, mucha gente en Madrid se habrá hecho ilusiones hoy. Ejem.
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