Amar es restregarse contra un cuerpo
sorbiendo secreciones y microbios.
Sentirlo cual babosa por un rato.
Cuando la mano calla
el ojo se queda mudo
y solo el oído fluye
es la hora
de alimentarse de cerebros.
Comer es engullir descuartizados
cadáveres, a trozos, triturándolos
entre saliva y huesos. Y tragándolos.
Devorarlos
de forma agónica
y todo vuelve
a funcionar.
[Este poema forma parte del proceso de experimentación del que hablaba en el post anterior. Se trata de romper la individualidad, de buscar formas de entender la poesía como algo colectivo, de acabar con los pedestales. Los párrafos en negrita son de Eva Gallud, de su libro "Moléstenme solo para darme de comer". (http://sakuranomonogatari.wordpress.com/) Los demás son de José María Fonollosa, de "Ciudad del hombre: Barcelona". Tienen que leerse como un único poema. Se admiten sugerencias para más experimentos.]