"Ha desaparecido al arnés que sujetaba las invertebradas lágrimas que se
desprenden de un sigiloso morir en llamas. Las crepitaciones del sánscrito en la
palma de mis ojos reanudan el oleaje de mi acorchado corazón en los manantiales
del coas. Lloran las sangrientas noches, y veo como las sienes de los hombres
las consuelan con una máquina de escribir. En los atardeceres tranquilos en los
que presiento un idioma solariego, capaz de escudriñar los altares de la
emoción; siento los mapas de la luz que nos conducen en danza tambaleante hacia
la sombra de mis destinos desfragmentados. ¿Qué tipo de alma fingió desollar
Trakl con su suicidio? ¿Qué frases marmóreas recitaba besando las arrugas en la
frente del aniquilamiento? Y toda la vida es navegación sicalíptica por los
mares del ensueño, un vibrar al unísono con los ruidos del vacío. Tumbado bajo
un roble, inamable, cautivo del dolor, atisbando las estelas que dejan en las
nubes las carcajadas infinitas del tiempo... tumbado bajo un roble, con la
escarcha del amanecer entre mis dedos y las tumbas de toda una estirpe de
palabras aciagas bajo mis pies, persigo, con el arpón de mi alma ciega y
herida, la corrupta esencia de la vida para reprogramar el círculo de la
muerte."
Leo Cáceres
[poema que me llegó hace unos días. Su autor
me dijo que lo había escrito pensando en los
textos que publico en el blog. A mí me encantó.]
Musa.
ResponderEliminarCompruebo (otra vez) que este blog sirve para descubrir y conectar personas y textos, textos con personas, etc.
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