domingo, 30 de octubre de 2011

Ana y la incertidumbre o cómo reseñar un poemario sin que te haga pedazos



Abro el correo esta mañana estúpida de horarios desfasados y me encuentro un poemario. Cincuenta y seis páginas de poemas antes de irme a un trabajo que odio pero que necesito. Antes de tanta comida tirada a la basura y tantos vestidos brillantes que reproducen lo que en algún momento de los años noventa debió de ser la elegancia y tantas novias en el Día Más Felíz De Su Vida. Leo el poemario del tirón. Joder, Sergio. Cómo aguanto diez horas en un curro de mierda después de esto.

Ana y la incertidumbre es de esos poemarios que te hacen pedazos pero te dejan con ganas de más. Que duelen y enganchan a partes iguales. Como una sesión de sexo anal o un lexatín. Son poemas sucios métricamente, pero joder como la vida misma. La vida no rima, Layla, me dijo un colega una vez y tenía razón. Sólo riman las películas de Hollywood, donde ningún borracho intenta meter mano a las camareras en el banquete de bodas. Donde los vestidos de los invitados no tienen quince años. Ana y la incertidumbre te deja una sensación de urgencia, de vacío en el estómago, de olor al desinfectante que usan en los hospitales. Habla de las baldosas blancas que cubren las paredes, de los pasillos vacíos, de la enfermedad, de teléfonos que suenan y te hacen pedazos. Y lo hace sin victimismos, sin caer en tópicos, sin miedo a jodernos el día.

Tenéis que leer Ana y la incertidumbre porque es la hostia. Porque es un libro escrito mientras todo se derrumbaba, mientras la rutina perdía la t y se convertía en ruina, como él dice. Porque los poemas tienen que provocar asco o pena o placer o vacío o dolor, pero provocar algo, y Sergio lo consigue. Porque son poemas sencillos pero de una brutalidad que te deja sin aliento. Porque va a joderos el día antes de alegrároslo.


(podéis encontrar el poemario de Sergio en su blog http://callejonexpresion.blogspot.com/)

jueves, 27 de octubre de 2011

yo sólo quería tener un hijo: trágatelo todo




"Qué harían conmigo los enanos de uñas diminutas que encerré en el sótano si siguiesen respirando. Dirían lejía. Dirían desinfectante. Dirían vagina. Con sus pequeñas bocas crueles y sus pequeños dientecitos llenos de odio y sus pequeñas lenguas húmedas y rosadas como un pulpo repugnante. Me da asco verte comer. Traga. Trágatelo todo. Yo solo quería tener un hijo."

El Libro de la Crueldad

lunes, 24 de octubre de 2011

como de úlcera o de ácido



Atravieso la piel
de un conejo muerto
y siento
un placer indescriptible
: como de úlcera
o de ácido.

Ahora sé
lo que sintieron
los dioses
cuando devoraron
los tubos de neón.

Cuando decidieron
asfixiarnos
con sus propias manos
para poder adorarnos. 

jueves, 20 de octubre de 2011

a quién amar si Bataille está muerto



Recuerdo la crueldad
de cuando aún éramos
hermosos y violentos
y no dormíamos
durante días
y las ojeras violetas
cubrían nuestros párpados.

Pero mírame ahora.
Mira 
cómo me detesto

lunes, 17 de octubre de 2011

dioses gordos y brillantes: insectos repulsivos: babas espesas



Querido usted la calle 
como siempre un almacén
de caderas clavículas

David  Leo García
El viento se cuela
en la habitación
y me llena la boca
de babas espesas.

Mi cuarto
es un almacén
de caderas
o clavículas. 

Un enano
con retraso mental
y uñas diminutas
muere pesadamente
sobre el blanco
de las baldosas
como un dios
gordo y brillante
o un insecto repulsivo. 

jueves, 13 de octubre de 2011

el libro de la crueldad. o por qué todas mis obsesiones acaban en ese libro




"Quiero un hijo enfermo para poder ciudarlo. Un hijo enfermo que nazca de la bolsa de plástico que llevo atada a las muñecas. Mira los insectos. Los escupiré en tu boca para que puedas devorarlos. Así no tendrás que comer medicamentos. Quiero un hijo enfermo para vestirlo de blanco y poner flores en su camita"

El libro de la Crueldad

lunes, 10 de octubre de 2011

las paredes blancas, las manchas amarillas

Imagen: Dara Scully


Estamos expuestos
al deterioro
de las paredes blancas
en las que antes
no había nada
y ahora hay
manchas amarillas.

Aprenderemos
a perderlo todo
sin darnos cuenta

jueves, 6 de octubre de 2011

lo que escribí cuando vi estas fotografías




No dejéis solos a los niños
o celebrarán rituales
sádicos y crueles.

No los dejéis solos
o arañarán las paredes
con sus pequeños dientecitos
llenos de odio
y se clavarán agujas
en los genitales
y darán de comer insectos
a sus muñecas
y les arrancarán la cabeza.

No dejéis solos a los niños
o jugarán a ser adultos
y les daréis asco
y pena.

lunes, 3 de octubre de 2011

no dejéis solos a los niños






Hace unos días escribía en El Libro de la Crueldad: "Soy hermosa como un rastro de orina. Mírame mear sobre la cara del enano". Y hoy voy a la biblioteca y abro un libro de Georges Bataille y leo:

"María seguía meando. Encima de la mesa, entre vasos y botellas, se mojaba de orina con las manos. Se inundaba las piernas, el culo y la cara. 

-Mira -dijo- Soy hermosa.

Acuclillada, con el coño a la altura de la cabeza del enano, se abrió horriblemente los labios."


Nunca he leído a Bataille. Solo sé de él lo que dice la wikipedia. Que estaba fascinado por el sacrificio humano y fundó una secta. Que la secta se llamaba Acéphale (sin cabeza) y que tenía por símbolo un hombre decapitado. Que como rito inaugural planeó sacrificar a uno de sus miembros y varios de ellos se ofrecieron voluntarios. Que nadie se atrevió a cometer el asesinato y la secta se disolvió. Que estaba obsesionado con los ojos. Y los huevos. Y los testículos. Que en algún lugar o en algún momento él y yo nos hemos conocido.

sábado, 1 de octubre de 2011

no vuelvas



Unos hombres sin más destino
que apuntalar las ruinas.
Blas de Otero.


God morgon. Decid vuestro nombre en alto y y explicad por qué queréis aprender sueco. Porque todo se está desmoronando. Porque no quiero que mi futuro sea apuntalar las ruinas. Un tren llevó a mi abuelo a Francia cuando tenía mi edad y lo devolvió cinco años más tarde. Me enseña las cartas que le escribía a su madre. Las portales de París llenas de faltas de ortografía. Tú no hagas lo que yo, me dice. Tú no vuelvas. Me llamo Layla y necesito el idioma para un posgrado. Madre, aquí estoy bien, no se preocupe. París es muy bonito, pero llueve mucho. El francés ya lo llevo mejor. ¿Qué conocéis de Suecia? Ikea. Asa Larsson. Eftersom allt faller isär. Todo se desmorona. Mi futuro tiene forma de lámpara modelo Fillsta (9,99 euros). Jag är trött. Jag är trött. Estoy cansada. Aldrig mer. No vuelvas.