[Décomposition d´une famille, Colette de Saint Yves]
Comer habas equivale
a comer la cabeza
de los propios padres.
Francisco Ferrer Lerín
El primer día del verano de 1857,
la costurera se había levantado con los tobillos machados por la plaga. Al
principio no le dio importancia, pero pronto fue invadida por la tristeza. Una
tristeza amarga como el sudor de los hermanos que duermen en el mismo lecho. O
como el llanto de los adolescentes que mueren pisoteados por los ciervos. O
como las oraciones de los que rezan arrodillados delante del espejo mientras
sus familiares flotan en la cocina. O como las súplicas de los mancos en estado
de sueño cuyos dedos fueron devorados por las cenizas. O como los sollozos de
los novios sordos que ponen manos violentas sobre los clérigos. O como los
lamentos de los sepultureros que arrastran carros fúnebres repletos de llaves.
La costurera colocó todas sus
agujas encima de la mesa de la cocina y llamó a todos sus hermanos. Comer habas
equivale a comer la cabeza de los propios padres, les dijo, y pacientemente
clavó sus agujas en los oídos de los muchachos.
[Texto de "Las canciones de los durmientes", inédito]
"Comer habas equivale a comer la cabeza de los propios padres"
ResponderEliminarQuiero saber más.
ResponderEliminarLos tobillos manchadas por la plaga es sólo el inicio.
Saludos
J.