sábado, 10 de agosto de 2013

transcripción de los sueños acontecidos entre el 24 de junio y el 10 de agosto




28 de junio

Estoy en una casa baja, de campo. Es de noche y miro por la ventana. Fuera hay una gran tormenta, con muchos rayos. De repente, cae un rayo sobre la casa de enfrente. No me sorprende, de alguna manera sé lo que va a suceder. Otro rayo cae sobre otra casa cercana, que empieza a arder. Miro el reloj, sé que está a punto de pasar algo. Dan las doce y cae un rayo sobre la casa en la que estoy. A mí no me sucede nada, pero un gato que hay en la casa estalla en miles de chispas blancas.


5 de julio

Mis dientes comienzan a ponerse negros. Meto un dedo en la boca y noto cómo las muelas se deshacen en pequeñas bolas negras que se caen de la boca. Meto más dedos y empiezo a palpar más muelas, pero a todas les sucede lo mismo. Me miro en el espejo y veo que apenas me quedan dientes. 

17 de julio

Voy andando por el parque que había cerca de mi anterior casa. No hay mucha luz y está vacío. Han crecido mucho los arbustos y las plantas, como si hubiese sido abandonado. Aparto la maleza y al otro lado veo a unos ciervos enormes comiéndose el cadáver de otro ciervo.

22 de julio

Oigo pasos corriendo por el tejado de mi casa. No me sorprende, pero sí me da miedo. De repente, los pasos se paran y veo cómo se hace un agujero en el techo. En el agujero aparece una mano y parte de un brazo. La piel es muy blanca y los dedos son muy largos. La mano parece buscar algo. Yo intento correr hacia la puerta para salir de la habitación, pero la mano me agarra del pelo y caigo al suelo. 


30 de julio

Una chica desconocida me regala su trenza del pelo. El regalo me gusta mucho, así que lo cuelgo con una chincheta en la pared de la habitación.


2 de agosto

Mi madre pierde los dos dientes de delante, de la parte superior de la boca. Miro esos dos agujeros negros y sé que a mí va a pasarme lo mismo.


3 de agosto

Estoy en medio de unos disturbios enormes. Es de noche. Corremos por una calle y de repente vemos cómo la Policía estrella contra un muro una furgoneta ardiendo que pasa justo a nuestro lado. Después de la furgoneta, se estrella otro coche y otro más. Dentro de los coches no va nadie. Nos damos cuenta de que al otro lado de la calle está pasando lo mismo, y de que nos hemos quedado atrapados en medio de dos incendios. Alguien nos grita que saltemos la valla de un colegio que tenemos enfrente. Yo no estoy muy de acuerdo porque el colegio es como una ratonera, pero acabo saltando porque no hay muchas más opciones. A pesar de todo, dentro del colegio conseguimos despistarlos y salir por otro lado de la vaya sin que nos vean. 

3 comentarios:

  1. El tema recurrente de la falta de sorpresa que sucede en los sueños siempre me ha inquietado. Hablo con personas muertas o contemplo hechos terribles con una total ausencia de reacción, como si efectivamente "ya lo supiera". Hay una aceptación de lo terrible que resulta casi mística.
    (Nota: hace un tiempo comentabas el tema de los entierros en posiciones "punitivas" para el cadáver, y hace muy poco leí algo casualmente: parece ser que era una práctica habitual de la Inquisición aplicada a los "judaizantes", especialmente con aquéllos que eran descubiertos post-mortem. En este caso se exhumaba el cuerpo y se lo enterraba de nuevo modificando la postura).

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  2. Qué suerte, yo jamás consigo ordenarlos de forma que se puedan transcribir.

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