viernes, 7 de junio de 2013

relato de los hechos sucedidos el doloroso año de 1897, que sería recordado por tener tres inviernos consecutivos

[Agustine Gleizes hipnotizada por Jean-Martin Charcot]



La sequía había comenzado en el doloroso año de 1897, que sería recordado por tener tres inviernos consecutivos. Tres inviernos largos como los dedos de los profetas que acarician el interior de las mejillas, como las barbas de los leñadores que cortan madera para fabricar cadalsos resistentes a las epidemias de tristeza. En ninguno de los tres inviernos llovió, ni siquiera cuando las abejas comenzaron a salir de la boca de las muchachas que habían enfermado recientemente, ni cuando el cordelero apareció estrangulado con los cabellos de su esposa, ni cuando el fabricante de campanas enloqueció después de haber bebido la leche de la amapola. No llovió, pero las heladas congelaron el rostro de las muchachas, que nunca más volvieron a envejecer, a pesar de que el año siguiente fue 1457, que sería recordado porque el sol no salió ni un solo día y fue de noche trescientas sesenta y cinco veces seguidas. 


[texto perteneciente a un poemario 
o libro de cuentos en construcción]

3 comentarios:

  1. Yo sé que usted debe ser reacia a las lisonjas, pero perdóneme, yo debo confesarle mi admiración. Mas aún, después de leer esto. Un abrazo.

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  2. Me lanzaste el anzuelo, y ya me arrastran las ganas de leer....Bico

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  3. poemario o libro ...me apetece leerlo ya !

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