miércoles, 25 de julio de 2012

el capitalismo es un gran matadero y los animales somos nosotros // La Jungla, de Upton Sinclair


Abrí La jungla pensando que era un libro sobre la industria de la carne. Una novela sobre las grandes granjas y mataderos industriales que día a día alimentan a millones de personas a base de cadáveres, dolor, hormonas y antibióticos. Y sí, en La Jungla hay todo eso, hay animales enfermos que son sacrificados  y envasados en forma de fiambre, carne en mal estado mezclada con toda la demás, cerdos sacrificados a golpes en habitaciones donde la sangre llega a los tobillos. Prácticas que fueron denunciadas entonces pero que no han cambiado mucho:

No hace falta decir que hacinar aves deformes, drogadas y sometidas a un alto nivel de estrés en una sala asquerosa y llena de heces no resulta muy saludable. A parte de las deformidades, los pollos de granjas industriales sufren problemas de visión, infecciones bacterianas en los huesos, parálisis, hemorragias internas, anemia, tendones rotos, las patas y los cuellos torcidos, enfermedades respiratorias y sistemas inmunitarios debilitados. Los estudios científicos y los estudios gubernamentales indican que prácticamente todos los pollos (alrededor del 95%) presentan una infección de E.coli (un indicador de contaminación fecal) y que entre el 39 y el 75% de los que llegan a las tiendas siguen infectados. De un 70 a un 90% presenta infecciones de otro patógeno potencialmente letal: la campylobacteria. Suele recurrirse a baños de cloro para eliminar la suciedad, el hedor y las bacterias. 


Pero La Jungla es mucho más. La novela de Upton Sinclair es la historia de cómo los de arriba torturan y asesinan a los de abajo, de cómo el capitalismo es otro gran matadero donde los animales somos nosotros. [Ostrinki le demostró que los conserveros habían sacado de él exactamente el mismo beneficio que obtenían de uno de sus puercos. En eso, obreros y animales se encontraban igualados, y de unos y otros obtenían los patronos idénticos beneficios] Durante treinta y seis capítulos asistimos a la explotación laboral, a la humillación, a la impotencia, a la destrucción de la masa de trabajadores que nutre la industria cárnica de Chicago. A un dolor que te hace un nudo en el estómago mientras estás leyendo.

Y, sin embargo, en el libro hay también esperanza. No la esperanza individual de encontrar la salida del laberinto, sino la esperanza colectiva de derribar sus paredes. La esperanza de acabar con un sistema que se alimenta del dolor de los que estamos abajo. Dicen que cuando un cerdo consigue escapar de la granja, levanta los pestillos de las cercas de sus compañeros. Quizá podamos aprender algo. 




[[La primera cita es de Comer animales, de Jonathan Safran Foer (Seix Barral). La segunda de La jungla, De Upton Sinclair (Capitán Swing)]]



15 comentarios:

  1. Precisamente de eso es de lo que iba uno de los poemas que recité anoche en los diablos y al que he titulado "Jaulas".

    Es increíble.

    Besito

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  2. No me he leído la novela, pero hay cosas con la que no estoy de acuerdo. Claro que hay industrias y sistemas intensivos asquerosos pero también hay sistemas extensivos y ecológicos que respetan y cumplen la máxima del bienestar animal. No sé la novela si se sitúa a escala mundial, pero yo como veterinaria que aspiro a ser, y por todas las putas prácticas en el matadero y sector alimentario que he tenido que hacer muy a mi pesar, hay cosas que no son para nada así. Por ejemplo, E. Coli no es sólo de carne, el agua que bebes, verduras y objetos tienen niveles de esa bacteria. Todo, hablando en plata, está contaminado, la cosa es que esté a niveles aceptables y muy alejados de hacer daño al organismo humano. También hay que decir que cada día se está metiendo más presión en el tema del bienestar animal, y cada vez se propulsa más el tema del ecológico y de la soberanía alimentaria, por la que yo abogo y defiendo a capa y espada. Me leeré la novela.

    María.

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  3. mmmm no estoy de acuerdo María. Las investigaciones en las llamadas granjas ecológicas han arrojado resultados muy parecidos en cuanto a la suciedad en que viven los animales que se hacinan allí, por no hablar del maltrato animal. En resumidas cuentas: son una estafa, porque venden que los animales viven al aire libre, comen sano y tienen suficiente espacio y no es cierto. Posiblemente podrían salvarse las granjas tradicionales, pero representan un porcentaje cada vez menor de la industria cárnica y son atacadas constantemente por la legislación europea, que hace cada vez más difícil que puedan seguir con su trabajo.

    Dices que todo está contaminado y no puedo estar más de acuerdo, pero hay una diferencia en cuanto a la cantidad, ya que al menos evitas comer hormonas y antibióticos. No sé qué niveles se consideran oficialmente aceptables, pero para mi, el nivel aceptable de enfermedades, bacterias y contaminación que quiero comer es cero.

    Y tampoco me queda claro a qué te refieres con la soberanía alimentaria. Para mí, la soberanía alimentaria es proporcionarte tu propia comida y comprar por canales alternativos de distribución, directamente de los productores, que sean gente de confianza, además de tomar las decisiones respecto a tu comida. Nada parecido a la industria tiene que ver con la soberanía alimentaria, porque las decisiones y la información están muy lejos de los consumidores.

    De todas formas me alegro mogollón de tu comentario, siempre está bien conocer las opiniones de personas que además están en contacto directo con las granjas industriales y los mataderos ;)

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  4. Pues Layla cuando quieras te invito a que vengas a ver ganaderias ecológicas y normales y vas a ver a ganaderos que tratan bien y cuidab bien a los animales. No hablo sin saber, he tenido la suerte de vivir en el campo tener cabras y hacer queso con la leche que nos proporcionan. Me duele bastante este tema porque hay muchísima gente del campo que se parte los cuernos haciendo las cosas bien y a los que se les da bastante la espalda. Las hormonas están totalmente prohibidas, creo que solo en yankilandia se usan. Aparte, el uso de antibioticos esta controladisimo y hay unos periodos de supresión bastantes severos en los que no se puede vender la leche, carne y huevos. Respecto al tema de soberania alimentaria o me referia solo a la via alternativa, sino al hecho de que tenemos que fomentar el consumo de nuestros productos, los que nos rodean. Quizá si se hubiera ayudado y apoyado a la gente del campo como agricultores y ganaderos no habríamos llegado a estos límites. Siento la ausencia de algunas tildes pero esacribir desde móvil es un absoluto coñazo. Beso.

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  5. Yo también he tenido la suerte de tener contacto directo con ganaderos tradicionales por el sitio de donde es mi familia y hasta ellos usan hormonas para que les baje la leche a los animales, y no están prohibidas por la sanidad española ni por la legislación europea.

    De todas formas yo diferencio entre ganadería industrial, ganadería ecológica y ganadería tradicional. La primera es la que todos conocemos, la segunda es la carne que se vende como ecológica pero en realidad no se diferencia nada de la primera y la tercera son las explotaciones pequeñas, que creo que es a las que tú te refieres. No sé si esta diferenciación es muy académica, pero creo que es importante hacer alguna diferenciación entre unas y otras. Es verdad que las últimas pueden salvarse un poco más, pero al fin y al cabo se guían tb por la lógica del máximo beneficio y acaban realizando prácticas que desde mi punto de vista no son aceptables.

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  6. De todas formas quería decir un poco para todo el mundo que el tema principal del libro no es la industria cárnica, sino las condiciones de vida de los obreros. Esos obreros trabajan en la industria cárnica porque es la principal industria en Chicago en ese momento, y se ven algunas de sus prácticas, pero la principal denuncia del libro es otra.

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  7. Te repito Layla, en la Unión Europea está totalmente prohibido. Te podría poner mil enlaces, y no enlaces sino apuntes, y no es ya tema académico o no es que eso es totalmente falso.

    SÍNTESIS

    La legislación europea debe proteger la salud de los consumidores y preservar la calidad de los productos alimenticios delimitando la utilización de hormonas destinadas a los animales.

    Sustancias

    La Directiva 96/22/CE prohíbe la administración de determinadas sustancias a los animales de explotación. Las sustancias afectadas son:

    los tireostáticos;
    los estilbenos, los derivados de estilbenos, sus sales y ésteres;
    el estradiol 17 beta y sus derivados de tipo éster;
    las sustancias beta-agonistas (con posibles excepciones); y
    las sustancias de efecto estrogénico (con excepción del estradiol 17 beta y sus derivados de tipo éster), androgénico o gestágeno (con posibles excepciones, prohibición provisional para dar el tiempo necesario a la Comisión para evaluar los riesgos de estas sustancias para la salud humana).
    Prohibición

    La Directiva 96/22/CE prohíbe:

    la comercialización de las sustancias anteriormente enumeradas con objeto de administrarlas a cualquier animal cuya carne o productos se destinan al consumo humano (salvo excepciones terapéuticas y zootécnicas);
    la comercialización y el sacrificio de animales que contienen estas sustancias o residuos de estas sustancias;
    la comercialización de carnes o productos de origen animal que contienen estas sustancias o residuos de estas sustancias;
    la posesión de estas sustancias en una explotación.
    Excepciones

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  8. Y respecto a que la ecológica no se diferencia nada de lo normal es totalmente falso. Hay miles de estudios de propiedades físicas, químicas y calidad de un animal que ha sido tratado en ecólogico y otro que no. Y eso está demostradísmo

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  9. María, yo he visto con mis propios ojos cómo se le administraba oxitocina a las vacas para que les bajase la leche al ponerlas en la ordeñadora mecánica, y no es algo ilegal, es una práctica perfectamente permitida. En la legislación que me has pasado de hecho pone "delimitar la utilizacion de hormonas", pero no es algo totalmente prohibido. Habrá algunas que estén prohibidas, pero no todas ni mucho menos.

    Respecto al segundo comentario, no dudo de que haya estudios en ese sentido, pero también hay en el contrario con la misma seriedad, y te aseguro que he leído unos cuantos.

    De todas formas, repito que no es el tema principal de La Jungla, y que con este post no pretendo convencer a nadie de nada, cada uno que elija la opción que mejor le parezca.

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  10. Sé que no es el tema principal, y lo de la oxitocina es ilegal. Lo que no se puede hacer Layla es relanzar un libro que se encargó en 1904 y compararlo con la actualidad. Eso es falsear información.

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    1. La administración de oxitocina no es ilegal, en serio, no lo es, sé de lo que estoy hablando. Por otra parte ¿falsear información? ¿qué información estoy falseando? ¿por qué no se puede comparar un libro de 1904 con la actualidad? ¿por qué no se puede comparar algo que pasó en 1904 con la actualidad?

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  11. Me parece totalmente respetable vuestras opiniones, pero yo soy carnívoro y el maltrato vegetal que se está produciendo gracias a la aparición de la nueva moda vegana, está acabando con el desarrollo natural de las plantas que también tienen vida, encerradas en espacios reducidos y alimentándolas con productos químicos e insecticidas (siempre y cuando no sea un huerto ecológico), esto conlleva la malformación de las plantas, el sabor, la visión de la naturaleza como inspiración para el poeta que ahora sólo habla de las pollas que se come,... reivindico no ingerir más plantas para que el cáncer no se haga con nosotros. Ellas nos dan el oxígeno para vivir y las matamos con su consumo abusivo.
    Para terminar hay una frase de cuyo nombre no puedo acordarme que dice algo así como que la materia nunca se destruye sino que se transforma, y otra que dice que a llorar a Jerusalén.

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  12. No he leído el libro de Sinclair, pero veo por lo que comentas que el tema es más la situación de los trabajadores de la industria cárnica que de la de los animales en sí. Por eso, no acabo de entender la cita de "Comer carne". Es una forma un tanto falaz de arrimar el ascua a tu sardina, algo que a estas alturas no me sorprende con éstas cosas. Además, como muy bien ha señalado María, la E. coli está en todo lo que comemos. Sin ir más lejos, recordemos lo que ocurrió en Alemania el año pasado: http://es.wikipedia.org/wiki/Brote_del_s%C3%ADndrome_ur%C3%A9mico_hemol%C3%ADtico_de_2011 Lo que, desde luego, no parece esté convenciendo a nadie de que dejemos de consumir productos vegetales, ¿no?

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  13. No entiendo lo de que es una forma falaz de arrimar el ascua a mi sardina. Yo he leído un libro que va sobre las condiciones de los obreros que trabajaban en la industria cárnica de EEUU y creo que en él hay esos dos temas fundamentales: la carne que se comía, cuyas malas condiciones se denuncian repetidamente en el libro, y la explotación de los obreros. Y he hecho un paralelismo entre los mataderos y el capitalismo, paralelismo que se hace en el propio libro, como demuestra la cita que he incluido en la reseña. Igual es que deberíais haber leído el libro antes de opinar diciendo cosas como que mi opinión es "falaz".

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