Layla, a veces dueles, dueles de bello, pero dueles también de fuego, de acido, de abrasión, tu piel dolorida esta llagada, a modo de signos ortográficos, en tus poemas.
Dañas de inmensa, por tus urgencias, por tu eterna huida y la rabia que te desgarra esas ingles blandas que soportan el peso de tu decepción pero que, al tiempo, llevan escritas el nombre de tu madre.
Hay veces que me dejas sin palabras, es un poema muy tuyo Layla y por un instante has logrado que lo sienta mío, quizá sea por toda la vida que lleva en su interior o quizá simplemente porque me gusta leerte y cada día me gusta más.
Bueno, yo iba a poner exactamente lo que Toro Salvaje. Me encanta. Pero me encanta mucho. Como mojarme porque no llevo paraguas o mirar Madrid desde arriba imaginando tragedias. Imagínate.
comparto tu dolor literario
ResponderEliminarYo no tengo ni ese.
ResponderEliminarOrfandad de casi muerto.
Besos.
pones díficil comentar algo... cómo transmites!!
ResponderEliminarComo siempre un placer leerte Layla.
ResponderEliminarBiquiños
Joder, de verdad, estoy con trapecista.
ResponderEliminarTienes mucha fuerza y rabia.
Un buen lugar dónde volver sin lugar a dudas... Saludos.
ResponderEliminarentras como una raya mal cortada, quemando la nariz y estallando en el lóbulo parietal.
ResponderEliminardigo como el trapecista pero sin subir a las alturas
ResponderEliminarno tengo más sitio
aquí abajo
radiación
ResponderEliminarLayla, a veces dueles, dueles de bello, pero dueles también de fuego, de acido, de abrasión, tu piel dolorida esta llagada, a modo de signos ortográficos, en tus poemas.
ResponderEliminarDañas de inmensa, por tus urgencias, por tu eterna huida y la rabia que te desgarra esas ingles blandas que soportan el peso de tu decepción pero que, al tiempo, llevan escritas el nombre de tu madre.
Hay veces que me dejas sin palabras, es un poema muy tuyo Layla y por un instante has logrado que lo sienta mío, quizá sea por toda la vida que lleva en su interior o quizá simplemente porque me gusta leerte y cada día me gusta más.
Entiendo mejor que nunca...
ResponderEliminarAle
Besotes.
Gio.
habrá que volver a la infancia!
ResponderEliminarRealmente bueno
Salud
La infancia puede ser dolorosa y atravesar las entrañas o tan dulce como un helado partido por la mitad.
ResponderEliminarTu poesía, me encanta, para bien y para mal.
Besiño.
Uf.
ResponderEliminarAquel tiempo tan feliz en el que fuimos tan desgraciados. O no.
ResponderEliminaracabo de descubrir tu poesía, y sangra... ese es quizás el único sitio al que volver... (sin poesía no hay infancia: se murió con el primer verso...)
ResponderEliminargracias!!!!
llega ese paseo dolorido, huele a asfalto....
ResponderEliminartransmite mucho tu poesia, incluso duele
una brazo, besos, layla
odio los comentarios ñoños, pero ahí va uno.
ResponderEliminareres la hostia.
hacía mucho tiempo que no leía algo como lo que tú escribes.
La hosita.
es cierto, aunque a veces esta ciudad nos duela, no tenemos otro sitio al que volver.
ResponderEliminargrande layla!
beso!
No tenemos otro sitio más que este...
ResponderEliminarNo sé...sólo me queda una "inquietud" de la cual hablaba en otro blog. No sé, es tan hermoso, pero me voy inquieto, tenso, si.
ResponderEliminarBeso.
Joder...
ResponderEliminarLo he vuelto a leer.
Que bueno es.
Que bueno...
Bueno, yo iba a poner exactamente lo que Toro Salvaje. Me encanta. Pero me encanta mucho. Como mojarme porque no llevo paraguas o mirar Madrid desde arriba imaginando tragedias. Imagínate.
ResponderEliminarMe quedo. Joder. Qué bueno.
puedes volver a otro sitio..el de papá...quizás mama está harta de cuidar...quizás ella tiene un dolor que no puede sostener.....
ResponderEliminaren mi caso papá nunca fue un sitio al que volver, fue un sitio del que irse...
ResponderEliminarun beso enorme a todos (por cierto jorge, hace mucho que no me decían algo tan bonito jajaja)
volver no significa refugiarse...volver es renovar, reencontrar, matar....
ResponderEliminarSeremos varios los huérfanos que vagaremos por las calles inhóspitas de tal condena.
ResponderEliminarSL
Layla dijo...
ResponderEliminaren mi caso papá nunca fue un sitio al que volver, fue un sitio del que irse...
Joder, ya te digo.
Vaya cosa más enorme has escrito. Besos.