[Colette de Saint Yves]
La casa es fría y está llena de espejos. Me pregunto por qué tantos espejos. Qué esperaban encontrar en ellos los anteriores habitantes de la casa. A mí los espejos nunca me gustaron. Tampoco las fotografías, que al fin y al cabo son otra forma de llamar a los espejos. Siempre me pareció que eran puertas a otros lugares. Una vez conocí a una mujer que practicaba la adivinación echando agua sobre un espejo. Cuando llegabas a su casa, te sentaba en una silla, encendía el brasero que había debajo de la mesa y colocaba sobre ella un barreño con un espejo dentro. Luego encendía una vela y echaba agua con una jarra sobre el espejo. Me dijo que el demonio tenía muchas patas. También me dijo que le rezase mucho a Santa Gema y a Santa Rita, que lo iba a necesitar. Después miró fijamente el espejo durante un rato, como yo miro los que hay en la casa. Quizá los que vivían antes aquí no querían estar solos y lo llenaron todo de espejos. Quizá las sombras que hay en ellos son esos antiguos habitantes de la casa. Quizá estén atrapados en ellos.
Casa tomada, Cortázar.
ResponderEliminarLos espejos y los recuerdos.
ResponderEliminarLas fotografías son retrovisores donde vemos el pasado.
Un saludo.
Pienso en la vida Layla y estamos tan muertos.
ResponderEliminarLayla, gracias por el colocar el banner de Negra flama. Es también tu antología.
ResponderEliminarBorges dice (en uno de sus cuentos) que los espejos y la cópula deberían prohibirse porqué multiplican al hombre.
ResponderEliminarquizás tantos espejos, se multiplican sin saberlo... como incrustados en la propia pupila, haciéndonos creer, que vemos, que hay gente que incluso nos habla con presumible sensibilidad, quizás o tal vez.
ResponderEliminarhermoso dejarse // un primer saludo Layla
aterrador...
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