Recuerdo la primera vez que leí a María. En aquel momento yo vívía en Cuenca y pasaba mucho tiempo sola en una casa enorme llena de ruidos. A veces el perro se levantaba de pronto y ladraba a un punto fijo en una esquina del salón, siempre en el mismo sitio. Seguramente sería algún ratón que entraba del patio, pero a mí me recorría por la espalda un escalofrío cada vez que lo hacía. Otras veces sonaban los muellles de los colchones en la planta de arriba y pasaba un buen rato hasta que me atrevía a subir las escaleras. Esos días ponía el ordenador para dejar de pensar en las historias de mi abuela sobre aquella casa, y después de tres o cuatro episodios de The Wire, acababa saltando de un blog a otro. Algunos no me decían nada, pero a veces encontraba un poema o una frase que hacía que las dos horas delante de la pantalla hubiesen merecido la pena.
No sé cuál fue el poema o el verso de María que me hizo guardar la dirección de su blog, pero desde entonces la leía varias veces por semana. Algunos poemas me gustaban y otros no, pero casi siempre había algún verso que hacía que el poema latiese como un animal pequeño y caliente. No había nada fingido en aquellos poemas, estaban sacados de los hoyos que todos tenemos dentro, de algún sitio más profundo que las heridas. Había influencias de otros poetas, pero también mucha voluntad de alejarse de ellos y tener algo propio que decir. Hace dos años que la leo, y en este tiempo esa voz propia se ha hecho cada vez más fuerte, como si María se metiese en hoyos cada vez más profundos.
Mi blog también ha cumplido dos años y una de las cosas que quería hacer para celebrarlo es compartirlo de alguna manera con otra gente. He pensado que una vez al mes voy a elegir a algún escritor desconocido o inédito que signifique algo para mí y le voy a dedicar un post. Diciembre es de María y de sus cartas, escritas desde una ciudad helada habitada por gente que camina entre la nieve. Abajo está el poema inédito que me ha mandado para esta entrada, pero hay muchos más en su blog.
Te he visto llegar de tus batallas
con los ojos vacíos
de la mugre del maltrato,
cubierto por un cielo violento
y con la palabra locura
anudada al labio.
quise curarte
y mis manos se extendieron
por la carne
por la sangre
por el latido,
eyaculando ausencia
hasta la fractura
blanca como una línea
y el color de mis noches,
entonces quise ser cadáver de guerra
y soga en el porvenir de tu boca,
tu boca llena de dientes,
tus dientes llenos de rabia,
y te arrastraste calor por las paredes
barriendo el gesto desesperado
de amarnos apenas un viento a gritos,
yo no quise otra cosa
que acuchillarme la vida
y desengrarte belleza hasta el asco,
sucia,
maldita,
derramando al animal en lo sagrado,
sacrificando el desprecio del mundo
que no sabe curarnos tanta belleza,
la angustia del cuerpo que se sabe
partido en otro duelo
tan terrible como necesario.
María Sotomayor
(inédito)
Hace poco que leo a María, pero tengo la sensación de que atinaste a describir lo que siento al leerla. Muy buena elección, para una interesante iniciativa. Beso a las dos...
ResponderEliminarEs curioso, porque en su blog apenas hay dos meses de entradas, ¿y lo demás? ;)
ResponderEliminarImprescindible y evocador.
es que antes publicaba en un blog distinto, pero no sé si puede accederse a él. Lo averiguo.
EliminarEs cierto que María se había perdido, sí. Yo he redescubierto su nuevo rincón hace bien poquito y coincido contigo. Estoy leyendo cosas que me gustan mucho.
ResponderEliminarUn saludo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMaría Sotomayor es el sol que iluminará al mundo después del Gran Eclipse.
ResponderEliminarTe lo juro desde la fobia de las distancias.
Bs.
hace poco que descubrí a María y ha sido un regalo muy bello. una suerte, sí.
ResponderEliminarsaludos.
Mucho talento que, para fortuna de todos, no ha hecho más que empezar. Lo que me intriga es cómo esos agujeros hondos, están siempre recubiertos de bellezas tan tiernas y rotundas.
ResponderEliminarPor vosotras¡¡¡
:) Besitos cariñosos a las musas.
Estupendo comentario , estupenda decisión y estupendo poema.
ResponderEliminarUn abrazo maja. Desde la isla del viento.
Muchos de sus versos son inspiradores. Todo un descubrimiento.
ResponderEliminarSólo puedo decir g r a c i a s, a ti por supuesto y a todos por tan bonitas palabras.
ResponderEliminarM.
No se merecen . Larga vida a la correspondencia epistolar allende el mar.
EliminarNo se puede acceder al anterior blog de María, pero si queréis leer algo de ella de antes de "Cartas desde Rejkiavik" podéis dejarle un mensaje en su blog y os lo envía por correo (eso me ha dicho)
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