[Gottfried Benn]
El pasado siete de noviembre hice una entrada en el blog sobre los poemarios que más me habían cambiado o dolido o estallado dentro como un montón de relámpagos dentro de un túnel. Muchas de las personas que leyeron la entrada me hicieron recomendaciones, algunas por el blog, otras por facebook y otras en persona. Hasta hora solo he podido leer dos de ellas:
1. Morgue y otros poemas, Gottfried Benn (edición digital): hasta que leí su poemario, de Benn conocía un único poema, un poema lleno de ratas que viven dentro del cuerpo de niñas abandonadas en el río que flotan entre los juncos. No había vuelto a recordarlo hasta que me recomendaron su poemario, escrito a partir de las visitas a las salas de disección de cadáveres. Era 1912 y el libro provocó un escándalo, porque hasta entonces la poesía nunca había hablado de cuerpos mutilados y órganos abiertos encima de la mesa. Porque lo horrible se había hecho bello y tenía la forma de una rata comiéndose el cuerpo de una niña. Otro estallido, el inicio de otra lista.
2. Arde el mar, Pere Gimferrer (Cátedra): me resulta difícil describir la poesía de Gimferrer. Solo sé que mientras lo leía tenía una sensación rara en el estómago, como de estar atrapada en un jardín demasiado tupido o de respirar un aire que no acaba de entrar en los pulmones. Habla de la pureza de los adolescentes, de los niños pálidos que mueren en noviembre, de los disturbios de humo azul provocados por el aire denso. Una poesía compleja y exigente pero también tremendamente hipnótica.
El resto de recomendaciones aún están pendientes, pero he decidido anotarlas aquí por si alguien más quiere leerlas o recomendar algo más. Muchos de vosotros solo me dijisteis nombres de autores, pero he escogido una obra en concreto porque la he encontrado en la biblioteca o porque es la que más me ha llamado la atención:
3. Paisaje con un grano de arena, Wislawa Szymborska
4. Poesía vertical, Roberto Juarroz
5. Suicidios y otras muertes, Alfonso Costafreda
6. Tablas de carnicero, Nuria Ruiz de Viñaspre
7. Los deseos de Amherst, Angélica Liddel
8. La luz en las palabras: antología poética, Aníbal Núñez
9. La belleza del marido, Anne Carson
10. Vuelo ciego, Idea Vilariño
11. Cartas de cumpleaños, Ted Hughes
12. Antología poética, Emily Dickinson
13. Como dios en la nada, Blanca Varela
14. Antología poética, Marina Tsetáieva
15. Antología poética, Pessoa
[algunos de estos libros los he encontrado para descargar, pero he decidido no subirlos al blog porque estoy haciendo una biblioteca independiente que pondré a funcionar a finales de esta semana y que será mucho más fácil de manejar]
Ganas de horas de biblioteca.
ResponderEliminarAhí estan Juarroz y Dickinson. Imprescindibles.
ResponderEliminarEstupendo trabajo.Mucho mas compartiendolo.
ResponderEliminarMuchas gracias . Un abrazo.
Arde el mar es muy brutal, muy amazing, muy fino en suma. Sin embargo, aunque me mate fortísimo (joder con "Qué pureza un desnudo o adolescente muerto / en las inmensas salas del recuerdo en penumbra", ¿no? vaya alejandrinos locos) creo que no llega al nivel de Extraña fruta y otros poemas (hay por ahí una recopilación de sus poemas de 1962-1969 donde está metido junto con Arde el Mar, La muerte en Beverly Hills, el Mensaje del Tetrarca y otros que ahora no recuerdo).
ResponderEliminarExtraña fruta y otros poemas sigue siendo igual de culteranista (mucho Pound, mucho Eliot por ahí) pero con más influencias, como La muerte..., del cine negro, que en esta casa celebramos todos mucho, y de las novelas de aventuras para "adolescentes" (Homenaje a Robert Louis Stevenson, o el mismo poema Arde el mar, basado en un libro de Julio Verne).
La muerte en Beverly Hills es brutal también, aunque Extraña fruta... me tocó más, vaya usté a saber por qué. Los tres poemarios tienen en cierto modo los mismos temas: la juventud, la creación poética & cosas del palo, todo envestido de ese lenguaje que para las ratas de biblioteca como Pere era su peculiar forma de luchar contra la cultura del franquismo (una rebelión estética, decía, contra una cultura überpobre o algo así, el über es mío, suena bien, ¿no? yo creo que sí). Es increíble, la verdad.
La antología de Pessoa genial también, si bien hay mucha paja (injustamente, porque deja fuera textos buenísimos) ya sólo merece la pena, aunque sea, por Álvaro de Campos.
Un saludo,
Vicente
apuntado "Extraña fruta", tenía ganas de leer más de Gimferrer :)
ResponderEliminarEl libro de desasosiego de Pessoa,y las antologías no sé cómo están en castellano, pero en ediciones portuguesas hay muy muy buenas selecciones de él y sus heterónimos. Besos
ResponderEliminarPara evitar confusiones, me permito ser el tocapelotas que diga que donde pone "Tesetaieva" debería poner "Tsvetáieva".
ResponderEliminarEstoy leyendo Matar a Platón, de Chantal Maillard y me está gustando tanto que me acordé de esta entrada. El libro consta de un solo poema largo, rondando una muerte, a través de la cual rondamos a su vez la muerte de las estructuras mentales fijadas por nuestra cultura y que limitan nuestro acercamiento a lo otro...Si no lo has leído, creo que te gustará. Beso, Layla
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