Preparamos la tarima
donde serán ahorcados
los ancianos
que hablaron de la sífilis
demasiado alto,
las ancianas
que fingieron ser
muchachas leprosas
de piel delicada.
Observamos los cuerpos
que flotan en el lago,
pero el pelo de los muertos
fermenta despacio:
no tenemos tiempo
de rociar con ácido
los bosques de maleza.
Lo hicimos sólo por el placer de fingir.
ResponderEliminarEstamos corrompidos. Pecamos. Los ancianos quieren sexo y los ministros lloran detrás del parlamento.
ResponderEliminarHay poetas en la calle, huyamos.
Si yo hablo de muertos es porque estoy enferma, sin embargo cuando lo haces tú es arte.
ResponderEliminarSe escucha el tragar de una garganta
ResponderEliminarFermenta despacio, pero no cesa...
ResponderEliminarpero este ya había salido, ¿no?
ResponderEliminar¿pero qué pasa con las ancianas? creo que ya me lo pregunté la primera vez.
ResponderEliminares posible que haya salido alguna parte, o de otra manera, porque como es de un poemario que aún esta en construcción, le doy muchas vueltas
ResponderEliminarLayla