miércoles, 15 de agosto de 2012

Omnia sunt communia! // Historia del sabotaje en la Edad Media

Ejecución de la anabaptista frisona Anneken Hendrix





Omnia sunt communia! o "¡Todo es común!" fue el grito usado por los campesinos anabaptistas para levantarse contra los príncipes protestantes y el emperador católico, construyendo una utopía colectivista que estaría en las bases del socialismo, junto con otras de las numerosas herejías medievales. Perseguidos, asesinados y quemados en la hoguera por sus enemigos, los anabaptistas fueron borrados de la faz de la tierra, pero su levantamiento no fue el único. Lejos de lo que la historiografía mainstream suele hacernos creer, la Edad Media fue un periodo de fuerte conflictividad social, en el que la lucha por lo común fue una constante:


"Hacia finales del siglo XIV, la revuelta del campesinado contra los terratenientes llegó a ser constante, masiva y, con frecuencia, armada. Sin embargo, la fuerza organizativa que los campesinos demostraron en ese periodo fue el resultado de un largo conflicto que, de un modo más o menos manifiesto, atravesó toda la Edad Media. [...] Como indican los archivos de las cortes señoriales inglesas, la aldea medieval era el escenario de una lucha cotidiana. En algunas ocasiones se alcanzaban momentos de gran tensión, como cuando los aldeanos mataban al administrador o atacaban el castillo de su señor. Más a menudo, sin embargo, consistía en un permanente litigio.  [...] El momento más importante de la lucha de los siervos se daba en ciertos días de la semana, cuando los siervos debían trabajar en la tierra de los señores. Los arrendatarios no iban ni enviaban a sus hijos a trabajar la tierra de los señores cuando eran convocados para la cosecha, o iban a los campos demasiado tarde, para que los cultivos se arruinaran, o trabajaban con desgana, tomándose largos descansos, manteniendo en general una actitud insubordinada."


Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria.
Silvia Federici
Traficantes de Sueños
(el libro de puede descargar gratuitamente 
en la página de la editorial)

5 comentarios:

  1. El texto es oportuno, porqué posiblemente -tras el ensueño del estado del bienestar- vivimos en un segundo feudalismo, o por lo menos asistimos al intento de imponerlo de nuevo.
    Una de las respuestas necesarias va a ser la revuelta, de la cual hay innumerables precedentes en Europa, aunque tradicionalmente silenciadas por la historia oficial. A principios del siglo XX, las organizaciones libertarias consiguieron revivir ese estado de revolución que hoy deberíamos repasar. Las condiciones son casi idénticas.

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    1. La Edad Media 2.0 ;)

      Cierto, y cada vez más parecidas esas condiciones.

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  2. Layla, estoy trabajando el tema en tr(a)nshistoria... Por si te interesa: http://transhistoria.blogspot.com.es/2012/08/el-milenarismo-va-llegar.html

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  3. Uhmm... La comparativa tiene un cierto tono siniestro... ¿Realmente se puede comparar la situación actual con el feudalismo? Porque de ser así van a venir tiempo muy negros. Es cierto lo de los anabaltistas, pero el tema de la sectas durante la Edad Media y el Renacimiento fue un verdadero baño de sangre. Milenaristas, dulcinistas, bogomilos, cátaros, calvinistas, protestantes como Ulrico Zuinglio o Martín Bucer, Savonarola, los propios franciscanos fueron considerados herejes, los valdenses, etc. Casi todas sus historias acabaron de manera trágica y en ocasiones no siempre fue a manos de los católicos, que sí, que eran super sanguinarios, pero tambien es cierto que otros no se le quedaron atrás. Os recuerdo que a Miguel Servet lo quemó Calvino... Quemado vivo... No digo que no sean necesarios los cambios, pero en ocasiones, y no lo digo por ti Layla sino por lo que me a evocado tu post, como decía, en ocasiones pienso que nunca aprenderemos.

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  4. Bueno, los movimientos "milenaristas" del medievo y la Edad Moderna no creo que sean equiparables a las sectas actuales, aunque tuvieran ciertas similitudes. En realidad eran movimientos de masas, como el dulcinista, bien es cieto que enfrentados entre ellos, pero por una cuestión bien simple: reformismo VS. "revolución social". En ese sentido, no son equiparables los calvinistas con los anabaptistas, los dulcinistas o los cátaros. Husitas y luteranos, por ejemplo, se convirtieron en los mayores enemigos de los movimientos herético-socialistas en regiones donde el catolicismo había perdido su hegemonía ideológica. En fin... Era por complejidar un poco. Alejandro, Layla, perdonad el chapazo

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