[El ruido de los cuerpos al caer es el libro que acaba de publicar José Pastor González con Groelandia. Yo he tenido el placer de escribir el prólogo, que es lo que podéis leer más abajo. El poemario completo en este enlace de issuu]
"Me gustan los poetas que escriben con las manos sucias.
Los que encienden cerillas junto a los charcos de gasolina. Los que no han
conocido la pureza pero duermen con los ojos abiertos. Los que conocen la
fragilidad de los animales que respiran despacio y aún están suaves y calientes
al borde de la carretera. Los que conocen el ruido que hacen los cuerpos al
caer contra el cemento.
Mi padre trabajaba montando armarios de metal. Volvía a
casa con las manos llenas de cortes a pesar de los guantes, y me decía qué has
escrito hoy. Y yo le leía libros como éste, libros que en realidad eran
manuales de instrucciones para montar fusiles o provocar incendios. Libros que
no había escrito yo pero que eran míos, porque la rabia y el dolor siempre hablan
con el mismo lenguaje y siempre dejan las mismas marcas en la piel.
El ruido de los cuerpos al
caer no es un poemario bello porque nosotros no hemos conocido la belleza.
Aprendimos demasiado pronto que los laberintos no tienen salida a no ser que
vueles las paredes. Por eso ahora dormimos bajo las camas y nos alimentamos de
animales atrapados en latas de conserva. Por eso los restos de comida en la
alfombra. Por eso el miedo. Por eso los poemas que asfixian, los poemas que no
dejan entrar el aire en la garganta porque no hay tiempo para los puntos, para
las comas, para las estrofas. Son poemas sucios métricamente que no riman
porque el peso recae en el ritmo y no en la rima, en un ritmo brutal que hace
que los poemas se sucedan unos a otros salvajemente, con la violencia de
quienes saben que no tienen mucho que perder.
El ruido de los cuerpos al
caer habla de noches eternas de lluvia y cigarrillos. De batallas perdidas.
De bordas afilados. De ciudades que vuelan por los aires. De casas abandonadas
que se caen lentamente. De mujeres a las que amar en medio de la tristeza. Es
un poemario duro pero necesario, porque la poesía debe provocar asco o placer o
vacío o dolor, pero provocar algo. Y José lo consigue. Consigue escribir unos
poemas sencillos pero de una brutalidad que te deja sin aliento. De esa que
deja marcas en la piel y en los pulmones.
Yo oí una vez el sonido de un cuerpo que caía sobre el
cemento. Recuerdo el ruido suave del torso desplomándose, el golpe seco de la
cabeza contra la acera. Después vino la época en que la ciudad se convirtió en
una jaula y los laberintos se hicieron cada vez más profundos, pero no olvidé
aquel sonido. José tampoco. Aquel día decidimos dedicar nuestra vida a asesinar
a todos los ciervos con nuestras propias manos. A acabar con la belleza. Por eso escribimos poemas como estos. Por
eso no conocemos la pureza ni sabemos dormir con los ojos cerrados. Por eso los
poemas-quirófano y los poemas-charco de gasolina. Porque conocemos el sabor del
plomo y el aburrimiento de las tardes de domingo. Porque conocemos el sonido de
los cuerpos que se desploman.
A mi padre le echaron de aquel trabajo y dejó de pedirme
que le leyese poemas. Dejó de volver a casa con las manos llenas de
heridas. Ahora soy yo la que vuelve a
casa dolorida por el frío. Ahora soy yo la que se hace heridas con libros como
éste."
Layla Martínez
Por eso los poemas que asfixian, los poemas que no dejan entrar el aire en la garganta porque no hay tiempo para los puntos, para las comas, para las estrofas. Son poemas sucios métricamente que no riman porque el peso recae en el ritmo y no en la rima, en un ritmo brutal que hace que los poemas se sucedan unos a otros salvajemente, con la violencia de quienes saben que no tienen mucho que perder.
ResponderEliminarCONTAGIÁS ese virus letal...!!!
ResponderEliminar(ahora necesito leerlo)
Ya sólo por el prólogo merece la pena.
ResponderEliminarDios ...el libro no sé como será, pero tus palabras ...
ResponderEliminarSin aliento.
Sublime.
Ya está.
Allí nació y murió el poema-quirófano y los poemas-charco de gasolina, lo efímero de los cuerpos se desploman...querían ser un paisaje brutal, una muerte prematura.
ResponderEliminarMuy acertado el prólogo, muy visceral.
Espero poder leer el libro pronto.
bsos.
Creo que me hizo acordar a Pájaro de China, que escribe con las manos sucias y toda la furia...
ResponderEliminarYo sólo decirte lo ya dicho: entre vos y Diego, van a devolverme las ganas de muchas cosas, pero muchas... eh?
ResponderEliminarGracias al cielo que existe un Vida de Perras ;=)
es tan grande el prólogo...
ResponderEliminarCon esa introducción dan ganas de leer el poemario completo pero no encuentro el dichoso link en el texto :(
ResponderEliminar¿Lo pasas?
Olvidadlo, lo he gogleado y lo encontré, jaja. Pero he leido tu biografia en éste blog y quiero saber donde leer todo lo que has escrito. Ayudadme con eso, sobre todo con 'La maquina' he leido el primer fanzine y me enganchó.
ResponderEliminarya no hay fanzines de La Máquina, pero te lo puedo enviar en un documento de word si me das una dirección de correo
EliminarSí! lizieebdarcy@gmail.com
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