"Después llegó la época en que los laberintos comenzaron a hacerse cada vez más profundos. Plantas desconocidas invadieron la ciudad trepando por el interior de los edificios. Por la noche, los filamentos fluorescentes de las flores nos deslumbraban y no podíamos encontrar la casa donde los ancianos tarareaban canciones que hacían sangrar los oídos. Teníamos que esperar a que se hiciese de día para abrirnos paso entre el polen plateado. Ni siquiera la promesa de la abolición de la botánica y la agricultura hizo que retrocedieran."
Layla
[cuento por terminar]
Freaks.
ResponderEliminarHostia.
ResponderEliminarBrillante.
ResponderEliminarAlgún día tendrán su revancha vegetal. Saludos.
ResponderEliminarPor la noche, los filamentos fluorescentes de las flores nos deslumbraban y no podíamos encontrar la casa donde los ancianos tarareaban canciones que hacían sangrar los oídos.
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Lo más hermoso ocurre siempre de noche.
Me gustó mucho. Como siempre. Me declaro fan tuya.
Sigues siendo la misma, Layla; recuerdo que el año pasado te leí la intro de otro cuento que publicaste y he vuelto a sentir el mismo golpe en el estomago y la misma sensación estimulante, tu prosa es ese trago mañanero de whisky, o ese golpe de mar que te sacude la frente en día de lluvia, mientras caminas por la bahía.
ResponderEliminarNo le acabas; da igual, tu narración se autogestiona sola en la mente de los que te leemos.