Describes la desolación y los ambientes sórdidos como ningún poeta que jamás haya conocido, yo encuentro belleza en esas cloacas, tanto urbanas como humanas, si eres tú quien me las describes.
En el fondo esas gaviotas que han perdido su mar se alimentan de nuestras entrañas purulentas, aquello que escondemos bajo cuerpos hambrientos de libertad y sedientos de sexo.
espectacular!!!!
ResponderEliminarDescribes la desolación y los ambientes sórdidos como ningún poeta que jamás haya conocido, yo encuentro belleza en esas cloacas, tanto urbanas como humanas, si eres tú quien me las describes.
ResponderEliminarEn el fondo esas gaviotas que han perdido su mar se alimentan de nuestras entrañas purulentas, aquello que escondemos bajo cuerpos hambrientos de libertad y sedientos de sexo.
Hermoso, Layla.
aunque piquen también son una buena defensa. No todas las imágenes querrán fijarse en tus pupilas.
ResponderEliminarTener ortigas en los ojos no es tan malo.:P
Comeremos gaviotas y con sus picos nos haremos llaveros.
ResponderEliminarQuiero comer letra por letra lo que has escrito!!! ME ENCANTA!
ResponderEliminarMe encantó en título "ortigas",
ResponderEliminarme encantó el proceso de descomposición,
y me encantó el final:
"Me crecen
ortigas
en los ojos"
Nada que no sane una buena lengua.
Hostias!! He leído las últimas 14 entradas... Cómo mola tu blog!
ResponderEliminarjuas! increible,
ResponderEliminarlas gaviotas tienen hambre de
de carne con rigor mortis.
toda una delicatessen.
sin duda eres una de mis perras preferidas.
un besazo!
Es tremendamente bueno. Me produce una sensación desagradable y eso quiere decir que es lo suficientemente bueno para hacerme sentir algo.
ResponderEliminarMe crecen ortigas en los ojos. Arg, qué horror.